La paradoja de las dos mentes

Es habitual que un trader revise su operativa fuera del mercado y descubra algunos errores tan básicos que parece imposible que los haya cometido. La respuesta natural ante este hecho es la de esbozar una relación de buenas intenciones para subsanar este tipo de errores. Se da cuenta de que ha comprado justo contra una resistencia, así que se dice a sí mismo que debe evitar esas entradas, o se da cuenta de que ha movido el stop aumentando el riesgo e incumpliendo su política así que se dice que debe dejar de mover el stop… pero estas buenas intenciones se quedan en eso, en buenas intenciones. Tienen sentido, son lógicas y no suelen servir de mucho, ¿por qué? Porque el estado emocional en el que está el trader cuando analiza sus operaciones fuera del mercado, es un estado completamente distinto del estado en el que entra cuando opera en real.

Es como si el trader tuviera dos personalidades con agendas distintas, una cargada de buenas intenciones y otra que se dedica a incumplirlas. A eso lo llamamos la “Paradoja de las dos mentes”. Algo parecido a lo que le pasa a un ludópata que cuando está relajado sabe que no debe volver a apostar, pero que, una vez en el casino, no puede controlar su conducta.

Si no basta con tener una buena intención para generar un cambio, ¿qué debemos hacer? Nuestra propuesta es que comencemos viendo lo falso como falso. Si comprendemos el problema y vemos qué cosas no lo van a solucionar, como mínimo estaremos en disposición de dejar de hacer esas cosas. Si algo no puede solucionar nuestro problema, es absurdo que lo hagamos una y otra vez con la intención de que lo solucione. Pero si vemos que un curso de acción no tiene sentido, entonces tenemos muchas otras opciones a nuestra disposición. Hemos liberado energía que ahora podemos dedicar a otras posibilidades.

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