TRADER NO TE RINDAS

El camino como trader es extremadamente exigente y la mayoría lo comienza con mucha pasión y confianza, pero el paso del tiempo revela el tipo de compromiso que se necesita, los resultados demoran más de lo que se había anticipado, hay aspectos que no se comprenden, movimientos que surgen aparentemente de la nada, desplazamientos que no encajan con nuestros marcos de trabajo. Parece que estamos cerca de la consistencia y esta se aleja un poco más, persistimos y cuando creemos que tocamos las monedas de oro con la punta de los dedos somos incapaces de cogerlas.

Y al comienzo no nos importa dedicar horas y más horas, la promesa que se esconde al pie del arcoiris es demasiado suculenta para desistir. Aceptamos los revolcones del mercado con deportividad, nos limpiamos las heridas y seguimos adelante, pero si estos envites se prolongan llega un punto en el que nuestra confianza comienza a tambalearse. ¿Será que hay algo más? ¿Estás pasando por alto un aspecto fundamental? ¿Hay una pieza que no acabas de conseguir, una última bola de dragón?

Pero el mercado refuerza tu confianza y ganas alguna que otra operación. Claro, si el mercado te desplumara de un solo movimiento sería más difícil que estuvieras dispuesto a seguir adelante, así que de vez en cuando te da una galletita. El refuerzo aleatorio ejerce su influencia y tú te ves premiado tras dos o tres operaciones, pero no sabes por qué. No sabes qué has hecho de distinto, qué explica ese repentino éxito, así que, con una cierta dosis de confianza persistes. El espejismo de las monedas de oro aparece claramente ante tus ojos. Tal vez no será en esta duna, sino en la siguiente, o en la siguiente, pero tu eres un tipo duro así que aprietas la mandíbula y sigues andando, te olvidas de las llagas, de las heridas y de la sed y das un paso más, y otro, y otro.

Pero llega un momento en el que debes mirarte al espejo. Tu cuenta lleva la cuenta. Ahí ser refleja tu actual nivel de desempeño, y si no crece de forma continuada, sino más bien a trompicones, si en vez de una parábola es como una cordillera alpina con profundos valles que indican un tipo de drawdown no sostenible, si te avergüenzas de lo que estás haciendo y sientes que estás lejos de ser el trader que aspirabas a ser después del tiempo que les has dedicado, la sombra de la duda aparece de nuevo en tu mente.

¿Te estás engañando? ¿Te haces creer que podrás con este proyecto pero en el fondo de ti sientes la incipiente semilla del fracaso? 

El gusano te ha picado y ya eres un zombie. No hay cura. No puedes dejarlo. Estás en un camino sin retorno. ¿Cómo vas a renunciar al paraíso cuando lo has visto tan cerca? Si en vez de comprar hubieras vendido, en vez de perder hubieras ganado. No eres tonto y sabes sumar. El reclamo del premio final renueva tu energía y te propones intentarlo una vez más, y quieres que sea la definitiva, el último movimiento, el que te llevará a la meta y permitirá colmar tus sueños.

A estas alturas ya sabes que no hay secretos, que se trata del juego interior, que debes recorrer el camino de la disciplina y hacer lo establecido, sin improvisaciones, domesticando a tu bestia, amansando esos diablos. Renuevas tus votos una vez más y saltas a la arena, y aunque todo ha cambiado nada ha cambiado. El mercado te arroja al barro una vez más ¿Cuanta más humillación necesitas antes de aceptar la derrota? ¿Cuanto más sufrimiento, y dolor tienes que recibir para abandonar?

Pero si no lo has hecho, si sollozando en tu interior te has dicho que nadie irá a por ti, y que tienes que salir por tu propio pie, si tu compromiso con tu yo del futuro sigue intacto, no te rindas, puede que estés a un solo paso de la meta.

Me gustaría tener un secreto que compartir, una fórmula, un algo que te sacará de esta situación y te lanzaste al éxito, pero no lo tengo. En vez de eso puedo ofrecerte principios que para mí son inmutables y que tal vez tengan sentido para ti.

Si sigues haciendo más de lo mismo seguirás logrando el mismo resultado. Si lo que haces no funciona debes cambiar, pero el cambio no es externo, no se trata de que cambies de mercado, de forma de analizar, o de sistema, sino que cambies tu forma de reaccionar al mercado. No puedes improvisar entradas, no puedes improvisar la forma como tomas beneficios, la forma como defiendes tu posición, el riesgo que asumes, la ventana que explotas. Tienes que tener un procedimiento de trabajo que ponga las probabilidades a tu favor. Cada vez que haces algo debe estar apoyado por los números. Necesitas saber qué forma de tomar beneficios maximiza tus resultados, necesitas saber qué forma de defensa aumenta tus posibilidades, que riesgo es el máximo que puedes permitirte sin incurrir en riesgo de ruina, qué escenario es realmente una ventana de oportunidad en la que los dados están lastrados a tu favor, y necesitas la confianza que arroja la evidencia. No es que “imagines” que sabes todo esto, sino que lo documenten.

Recuerda que la batalla debe ganar antes del combate.

Simplifica. No hagas malabares con más bolas de las que puedes. Elige un mercado, una ventana, una política de gestión de la posición, y mantente fiel hasta que tus resultados, en pequeño, te permitan aumentar tu confianza. Debes experimentar qué es ganar. Qué es ser un trader ganador. Qué es terminar todas las semanas en verde. Da igual qué cantidad obtengas. Tu mente tiene que cambiar la imagen que tiene de sí misma, y de sus posibilidades. Tienes que ver que es posible ganar para ti de forma consistente aunque sea en pequeño, y luego, cuando ya estés ahí podrás incluir otras opciones, pero no antes. 

Es sistemático. Tu trabajo no puede improvisarse. No tiene sentido ir al mercado a probar iteración tras iteración con la esperanza de que darás con la tecla adecuada. Eso no sucederá porqué aun en el supuesto de que des con esa tecla, no sabrás qué has hecho específicamente. En cambio debes adoptar un enfoque sistemático. Comienza con un solo aspecto y llévalo a la excelencia. ¿Dudas antes de tomar una operación? Céntrate en eso durante el tiempo suficiente como para lograr un nivel de ejecución perfecto. Escenario, entrada, escenario, entrada. Luego toma otro aspecto y progresa. ¿Improvisas? Pon ahí tu foco de atención hasta que te libres de ese automatismo y lo sustituyas por una forma de trabajar metódica y acorde a tu procedimiento operativo. Y luego toma el siguiente reto y el siguiente. Uno a uno hasta el final.

Triangular. Puedes estar cometiendo el mismo error una y otra vez sin tener ni idea, y en ese caso te convendrá poner a prueba tus supuestos, compartirlos con terceros y asegurarte de qué no hay puntos ciegos en tu procedimiento. Sería muy penoso que estuvieras empeñado en empujar una puerta que se abre tirando hacia a tí.

Entiende con todo tu ser que si algo es posible para otra persona es posible para ti, que compartes la misma esencia con los demás. No eres un caso aparte. No existe un caso aparte. Existen formas de hacer las cosas que funcionan y formas que no funcionan. El trading de éxito no es una improvisación, una intuición o un talento innato, sino más bien la suma del conocimiento adecuado, el desarrollo de las habilidades necesarias, y el tiempo suficiente. 

Hay un camino que debes recorrer, cada vez que te salgas de ahí te alejarás de tu objetivo, así que mantente dentro, y asegúrate de que cada paso que das es el adecuado.

Es normal que nuestra confianza se vea mermada tras cada golpe. Blindate desarrollando una visión inquebrantable. Recuérdate para qué estás en este proyecto, y los motivos que tienes para luchar, y deja que estos principios guíen tus pasos.