SI NO GANAS NO ES POR FALTA DE GANAS
En los juegos olímpicos de Atlanta del 96, los 300 atletas que representaban Gran Bretaña, lograron una sola medalla de oro, lo que les situó en el puesto 36 del ranking mundial, por debajo de Argelia y Kazajistán. No por falta de ambición, no por falta de ganas, de esfuerzo o de empeño. Eran personas que, en sus respectivas disciplinas habían competido con esmero y que se habían preparado a fondo, y a pesar de todo, el resultado fue mediocre o muy mediocre.
En los juegos olímpicos de Rio de Janeiro del 2016, con un talento y una ambición parecidos, sin un cambio en el acervo génico, lograron acumular 27 oros, quedando en un segundo puesto en el medallero mundial, solo por debajo de Estados Unidos.
Lo que marcó la diferencia no fue un esfuerzo superior, una ambición desmedida, o una mayor intensidad, tampoco hubo cambios en el pool génico, claro, lo que sí hubo fue un cambio en la capacidad de canalizar esa ambición y ese deseo de sobresalir, el talento de esos atletas, sus sueños por trascender y el esfuerzo que iban a tener que realizar, esa mejor canalización, esos mejores planes de entrenamiento fueron en última instancia los que marcaron la diferencia y les permitieron escalar 35 puestos en ese período, igual que harías tú, como trader si estuvieras en buenas manos.
Tus resultados, lo que logras en el mercado, lo que eres capaz de ver y de realizar, no depende de tu ambición, de tus ganas ni tan siquiera de tu talento individual, no es un tema de que quieras hacerlo bien, de que desees mejores resultados o de que estés dispuesto a quemarte las pestañas siguiendo el último tick del SP500. En cambio sí depende de cómo canalices tus talentos, tus ganas y tu ambición, si depende de cómo te entrenes específicamente para desarrollar las habilidades necesarias, la actitud adecuada y el tipo de marco mental que permitirá que tus resultados destaquen y se sitúen ahí donde está tu ambición.
Insisto, no es que te falten ganas, ni que eso sea suficiente, es que esas ganas que tienes, y ese talento, ese esfuerzo que realizas y esos sueños que persigues deben, necesariamente, estar alineados de la forma adecuada, lo que señala tu proceso de aprendizaje, tu plan de formación y tus métodos de entrenamiento.
Más y más tiempo, más y más esfuerzo en la dirección errónea ya sabes dónde te lleva ¿verdad? Lo has vivido y lo comprendes, un método de aprendizaje mal diseñado, que se centra en dar información no te permitirá desarrollar el tipo de enfoque mental que necesitas, no te ayudará a ser disciplinado y paciente, no permitirá que mantengas el foco y aguanten la presión, no es un tema de conocimiento, ni de información, es un tema que hunde sus raice en el desarrollo de las habilidades por que el trading es un desempeño, no algo que se sabe.
La consistencia operando los mercados no es algo que dependa de un secreto. No hay ningún secreto que te vaya a hacer ganar. No hay nada que debas saber que, si lo supieras, si lo aprendieras, si te lo contasen, abriría la puerta a realizar tus sueños. Es más bien que debes transformarte para ser capaz de aplicar tu conocimiento bajo presión, de una forma específica y totalmente alineada con tu proceso operativo, y eso reclama, por un lado el desarrollo de determinadas habilidades, y por otro que adoptes el marco mental que te permita hacer lo que debe ser hecho bajo presión, una y otra vez.
Las personas que se interesan en el trading suelen ser extraordinarias, capaces, competentes y ambiciosas. No pretenden “jugar” a hacer trading como si fuesen niños en una feria. No sienten que esta actividad sea como ir a un casino a probar suerte con la ruleta, no esperan que una aproximación improvisada las haga ser consistentes, más bien son seres funcionales, y adaptados, que en muchos casos han demostrado su competencia en otras áreas de la vida, ya sea como profesionales independientes, como ejecutivos, como empresarios, como padres de familia, en el mundo del deporte o de las artes. Tienen en común una gran capacidad de sacrificio y esfuerzo, y aunque sueñan en grande, no se limitan a desear “tener suerte”, sino que quieren pagar el precio que, tener esa suerte, les pide.
Pero en el camino, aun cuando sus deseos sean honorables y les acompañe el sueño de lograr sus metas, utilizan procesos equivocados, obsoletos o insuficientes. Y son esos procesos los que les condenan a los resultados que consiguen o que no consiguen. No es su ambición ni sus talentos naturales, sino más bien que siguen los pasos equivocados, o los pasos correctos pero en el orden equivocado. Se mueven con muchas ganas en una dirección que no tiene el potencial de acercarles a sus metas, y por lo tanto, lo que consiguen, es mucho esfuerzo para muy poco progreso.
Esas personas ambiciosas y talentosas, capaces y sensatas, terminan frustradas cuando realizan el hecho de que por más que se esfuercen, por más que lo intenten, lo deseen y lo sueñen, a pesar de los sacrificios que están dispuestos a hacer, y de las horas que le dedican no se están acercando siquiera a la sombra de lo que quieren lograr ¿y en ese caso qué? Redoblar el esfuerzo en la dirección equivocada solo te hará estar más perdido y frustrado.
Recuerda, en caso de confusión debes parar y evaluar tus opciones. Si llevas tiempo persiguiendo tus metas y sientes que estás lejos de ser el tipo de trader que quieres ser, haz una pausa para analizar lo que haces, porque de hecho lo que consigues depende de lo que haces. Comprende que más de lo mismo no te servirá, que más de lo que llevas tiempo intentando no marcará una diferencia notable. Si quieres mejorar lo que consigues debes mejorar lo que haces y para mejorar lo que haces necesitas mejorar como piensas.
El trading es complejo y exigente, pero la excelencia en cualquier desempeño deja huellas. Las personas que destacan en sus resultados no lo hacen por azar, ni por tener unos genes superiores, sino más bien por canalizar sus capacidades de una forma acertada.
Saber cuál es esa forma acertada, en qué dirección debes moverte, qué debes dejar de hacer y cómo invertir tu esfuerzo es mucho más importante que la ambición que tengas.