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TUS DOS VIDAS COMO TRADER

Creo que esto es importante para que veas dónde estás tú y qué tienes por delante.

En la primera vida es donde comenzamos todos y la podemos llamar el enfoque externo: la búsqueda de lo que necesitamos para ser consistentes está ahí afuera, es un sistema, un indicador o un mercado, es un tipo de gráfico, una escuela o un gurú, es un método, un modelo o una señal secreta, es un conocimiento, o una información que nos es velada, y si supiéramos, si conociéramos, si descubrieramos, seríamos consistentes.

Para conseguir nuestro objetivo debemos hacernos con eso que nos falta, pero como no sabemos qué es exactamente ponemos nuestras esperanzas en la última novedad: Este nuevo indicador me hará ganar, con ese nuevo modelo exprimir el mercado, con esa forma de representar el precio tendré lo que necesito.

Lo que suele suceder es que, en esa etapa estamos llenos de esperanzas y deseos, y si un modelo, sistema, escuela o indicador no nos permiten lograr nuestros objetivos, nos movemos al siguiente, y luego al próximo.

Es un ciclo que toma una forma parecida a: “No consigo ganar, necesito aprender X, aprendo X y tampoco gano, eso quiere decir que necesito Z, aprendo Z y tampoco gano, lo que quiere decir que necesito. “ Esta es la letanía que se sigue en esta etapa.

Siempre parece que lo que anhelamos está tras la siguiente curva, en el próximo peldaño, con la última novedad, y esto es vivido como si realmente fuese así: Me falta algo que no tengo y que está ahí afuera, y hago de eso mi meta. Tengo que dar con esa combinación de indicadores, esa modificación de parámetros, esa correlación de mercados. Estoy convencido de que, si doy con eso que ahora desconozco, me será dado escalar las más altas cotas de éxito.

Pero lo que se comienza recorriendo con esperanza se termina convirtiendo en una pesadilla. Detrás de esa duna no está el oasis, sino un mar de nuevas dunas.

El trader está recorriendo un camino con empeño, esfuerzo y dedicación, pero sus logros no están en relación con su empeño, lo que consigue no se corresponde con lo que hace. Le dedica tiempo, energía y dinero, pero no está claramente más cerca que antes.

Con el nuevo modelo ve nuevas oportunidades, pero tampoco las puede aprovechar. El nuevo indicador le enseña nuevos matices que tampoco le permiten mantener sus ganancias.

Es un trabajo acumulativo en el que cada vez se sabe más, pero se sigue logrando lo mismo.

Y con el paso del tiempo, si el trader está lo suficientemente comprometido con su proyecto, o si el coste hundido se ha disparado demasiado, se agota la ilusión inicial, se mella la confianza y la arrogancia del novato, y se da paso a una cierta reflexión meditadas: si lo que estoy haciendo es aparentemente distinto, pero sigo consiguiendo el mismo resultado mediocre ¿no será que no es tan distinto realmente? 

Esta es la oportunidad para sembrar la duda en lo que se hace, en el enfoque externo que se ha venido siguiendo, y es una condición necesaria para poder pasar a la segunda fase.

Mientras el trader sigue esperanzado en lo que hace, mientras siga depositando su confianza en el nuevo indicador, escuela o modelo seguirá en las mismas. No es sino, cuando llevado por la desesperación, cuestiona su enfoque, que tiene la oportunidad de hacer algo radicalmente distinto.

Pero cambiar de mercado, de gráfico y de sistema es más de lo mismo, no es el tipo de cambio que necesita. Sigue siendo el enfoque externo. 

Para lograr un cambio en lo que consigue necesita primero un cambio en su enfoque y este cambio se genera al pasar de buscar fuera a buscar dentro. Si con un modelo que te permite analizar un mercado y encontrar ventanas de oportunidad de alta probabilidad no eres capaz de ganar, y con otro modelo tampoco, y con otro tampoco, sino lo logras en futuros, ni en forex, ni en cfd, sino lo consigues con gráficos de 15 minutos, y tampoco de ticks, ni tipo Renko, entonces tal vez te des cuenta de que el factor común que está en todos estos escenarios, lo que permanece constante, aunque añadas cambios en la forma, es el fondo, y ese fondo eres tú. 

Diferentes modelos explotados por el mismo operador, distintos conceptos aplicados por el mismo trader, distintas herramientas utilizadas por la misma persona.

Tú eres la constante que permanece por más que cambies lo externo. Todo lo que haces lo ejecutas a través de ti mismo, los modelos los aplicas tú, las nuevas oportunidades las identificas tú, las ejecutas desde la misma mente, con los mismos sesgos. Incluso los traders que buscan aproximaciones mecánicas y que pretenden dejar en manos de un sistema automatizado la toma de decisiones están eligiendo ellos qué sistema, en qué mercado, con cuánto riesgo. El trader y su forma de ver el mundo está en la raíz de sus logros.

Si tus logros no son los que quieres aunque aparentemente estés haciendo cosas distintas tal vez llegues a realizar el hecho de que, las cosas que haces, no son tan distintas como crees si las ejecuta el mismo agente ¿lo ves?

Y aquí es donde comienza la segunda vida del trader: ya no busca fuera, busca dentro, ya no acumula conocimiento, modelos y mercados con la esperanza de encontrar algo que le de la consistencia, sino que se centra en realizar el trabajo sobre sí mismo para aplicar esos modelos y ese conocimiento de forma adecuada.

Es lo que podemos llamar el enfoque interno en el que el operador se da cuenta de que la falta de éxito no depende de lo que sabes sino de lo que hace, y que lo que hace no depende de su conocimiento, sus modelos y sus sistemas porque están ejecutados por el mismo agente: él. Si pretende un resultado distinto tiene que cambiar el agente que ejecuta, necesita transformarse, reevaluar las creencias con las que llega al mercado, desarrollar su capacidad de gestionar sus respuestas emocionales, de modular sus sesgos cognitivos.

Los operadores que se dan cuenta de esto están en condiciones de progresar hacia sus objetivos de una manera real y palpable. Mientras los operadores que siguen en el camino externo buscan la solución ahí donde no está y se condenan al ostracismo, los operadores que buscan dentro de sí mismos toman la delantera y comienzan a transformar y a crear el marco mental necesario para que la consistencia sea posible.

Cuando antes te des cuenta de esto antes progresarás de verdad.

Puedes estar cinco años buscando fuera, darte cuenta y conseguir la consistencia en una semana. 

Puedes darte cuenta de esto durante el primer mes de carrera y lograr la consistencia al instante.

Puedes pasarte toda la vida ignorando esta distinción y buscando una solución ahí donde no está.