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Manejar el miedo en el trading

Cuando la tecnología permitió programar algoritmos que operasen automáticamente en los mercados, se dio un paso notable en la búsqueda del trading perfecto: aquel en el que una ventana de oportunidad era seguida por una acción que ejecutaba un desempeño perfecto. Y es que las máquinas responden de forma prefijada a ciertas demandas, da igual lo que haya sucedido con anterioridad, no importa si llueve o hace sol, las noticias de los medios de comunicación no interfieren, las posibles discusiones de pareja tampoco... Una máquina hace lo que su estructura le permite hacer, y en el mundo de la Bolsa, un algoritmo que analiza información y procede a ejecutar una determinada acción, actuará de la misma forma independientemente de las variables externas que no estén relacionadas con el análisis de dicha información.

  Pero en el caso de un trader humano las cosas son, generalmente, mucho más complicadas. Aun que disponga de un sistema que le de una ventaja estadística sobre el mercado, para tener éxito deberá aplicar dicho sistema de forma disciplinada, esto es, deberá actuar en respuesta a su análisis independientemente de cómo se sienta, de lo que haya pasado con anterioridad, y de los demás elementos externos al trading que pueden estar afectándole.

Ahora bien, eliminar la parte emocional de los mercados a través de un programa automatizado (llamados técnicamente Bots), no es tampoco el epítome del mejor trading posible. Aporta la ventaja de no ver el desempeño ensombrecido por factores externos como el miedo, o la frustración, pero carece de la capacidad de contextualizar la operativa que una mente humana puede añadir. Es decir, por un lado es ventajoso, por otro lado está limitado.

Desde el punto de vista del trader humano, las respuestas emocionales pueden dificultar, y de hecho así suele ocurrir, la operativa, pero la capacidad de computar información en paralelo, difícilmente reducible a un algoritmo, puede llegar a ser mucho más efectiva que el mejor de los Bots.

Para poder llegar a este tipo de desempeño, un trader debe conseguir que sus emociones no interfieran en su rendimiento. En el mundo del coaching se dice que R = P - I, que el Rendimiento es igual al Potencial menos las Interferencias. Aplicado al trader humano podemos pensar que su rendimiento dependerá de su potencial, menos las interferencias que impidan la expresión de dicho potencial. Las emociones como fuente de interferencia son evidentes, el miedo, la codicia, la ira, suelen disparar un circuito de respuesta que de alguna manera puede llegar a secuestrar a la razón, sumiendo al operador en un estado donde sus conductas son fruto del modo de respuesta ancestral a las amenazas: parálisis, ataque o huida.

Para estar en disposición de aprovechar al máximo la capacidad de operar de una mente humana, es básico lograr un tipo de conducta independiente de la respuesta emocional. El trader sabe que dispone de una ventaja sobre el mercado expresada por su Sistema de Trading, y sabe también que dicha ventaja opera dentro de unos parámetros específicos que indican desde el mercado, el marco temporal y el tipo de gráfico que utilizará, hasta la gestión de su riesgo y de su posición, pasando por todos los elementos que definen sus ventanas de oportunidad. Para poder tener éxito con cualquier sistema es imprescindible ser capaz de operar dentro del marco que especifica dicho sistema, pero para poder hacer eso hay que tener la respuesta emocional bajo control.

Uno de los mayores restos a los que se enfrenta el trader es justamente la necesidad de mantener sus respuestas emocionales "domesticadas". Si en vez de ser la razón y el análisis los que deciden el curso de acción, son las emociones, los resultados no serán los que prevé el sistema.

Para lograr un tipo de desempeño basado en el sistema y no en las emociones, el trader necesita comenzar primero por cambiar algunas de sus viejas ideas. Son muchos los traders que siguen creyendo que su cometido en los mercados consiste básicametne en predecir su comportamiento futuro. Creen firmemente que un buen sistema es aquél que les permite "adivinar" qué hará el precio de un subyacente en un momento posterior al actual, sea de minutos, de horas, de días o de meses. Y este tipo de creencias está en la base de la imposibilidad de gestionar la respuesta emocional de forma efectiva.

Mientras uno crea que debe adivinar el futuro se estará centrando en algo imposible luego, por más que lo intente, sus esfuerzos serán estériles. Nadie puede predecir los precios en un momento que aun no existe, pero son muchos los traders que creen que justamente esta es la clave que les falta. Como consecuencia se lanzan a mejorar sus capacidades de análisis: más indicadores, más marcos de trabajo, más sistemas, más información... como si ese camino llevase al éxito. En el fondo de sus mentes es como si creyeran que "suficiente información, analizada correctamente, puede predecir el futuro".

Los traders profesionales por otro lado, saben que el mercado puede hacer cualquier cosa en cualquier momento, así que, automáticamente quitan el punto de enfoque en la capacidad de predecir el futuro, y lo centran en dos cosas: disponer de un sistema basado en una ventaja estadística, y disponer de disciplina para aplicar dicho sistema una y otra vez.

Si tienes dificultades para manejar tus emociones en la Bolsa, reflexiona de entrada sobre las creencias que sostienes sobre el mercado. ¿Cees que es posible predecir el precio futuro de un subyacente? ¿Crees que hay alguien que puede de hecho saber qué hará cierto precio antes de que lo haga? ¿Crees que para ganar en la Bolsa tienes que anticipar el precio futuro?  Si respondes afirmativamente a alguna de estas preguntas tienes muchos números para estar abrazando ideas equivocadas que estén en la raiz de tus pobres resultados.

Nadie puede predecir algo que aún no ha sucedido, nadie puede saber qué hará el precio antes de que lo haga, y para ganar en la Bolsa no tienes que anticipar el futuro de ninguna manera.

Identificar lo falso como falso es dar el primer paso en la dirección de abrazar lo que es verdadero. Para tener éxito necesitas un sistema que ponga las probabilidades a tu favor, y luego necesitas ser disciplinado para aplicar dicho sistema un número suficientemente representativo de veces como para que la probabilidad estadística haga su aparición. Es algo sencillo en sí mismo, pero no necesariamente fácil.