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qué debes hacer después de aprender trading

Mi propuesta es que hagas un pequeño chequeo de seguridad:

  • ¿Dispones de una ventaja que puedes articular de forma sencilla sobre el mercado?
  • ¿Sabes qué política de gestión del riesgo y de la posición te permiten permanecer explotando esa ventaja de forma indefinida?
  • ¿Has identificado las maneras en las que interfieres en la recta ejecución?

Obviamente si no eres capaz de articular tu ventaja sobre el mercado debes comenzar por ahí. Sin ventaja no hay paraíso. Por lo demás la respuesta debe ir acompañada de evidencias. No es que debas “creer” que tienes una ventaja, es que esa ventaja debe estar documentada. Muestrame los datos que son la evidencia de tu ventaja. Muéstrame cómo tu conocimiento de análisis te permite identificar unas áreas de trabajo en las que, en determinado momento, aparece una ventana de oportunidad que puedes explotar. Cuántas de esas ventanas se expresan a tu favor, cuando lo hacen, ¿qué distancia media en riesgo lo hacen? ¿y en qué momentos esas ventanas debes dejarlas pasar?

De eso se encarga la parte técnica, y es algo que debería ser relativamente sencillo para ti. Igual que debería ser muy sencillo determinar tu política de gestión del riesgo y de la posición. Deberías tener muy claro qué riesgo máximo debes asumir para evitar el riesgo de ruina, algo que está en función del tipo de sistema que utilices.

Si tu riesgo de ruina está por encima de cero antes o después te vas a arruinar. Esa es una certeza matemática.

Este aspecto es igualmente sencillo, son cuatro números los que debes hacer y es una información que debe estar soportada por evidencias, no por intuiciones, sentimientos o improvisaciones.

Vayamos ahora al meollo del asunto. Dominas un sistema que te permite identificar una ventaja sobre el mercado, y sabes con qué nivel de riesgo entrarás y de qué manera gestionar tu posición en pérdidas y en ganancias, y no obstante, eres consistente en ser inconsistente. Eres la mano que pone el palo en la rueda de tu propia bicicleta ¿qué haces en ese caso?

Creo que tu siguiente paso debe ser identificar, también con evidencias, de qué formas interfieres en la recta ejecución. Por un lado sabes, por que lo tienes documentado, que dispones de un conocimiento analítico adecuado: eres capaz de identificar escenarios que puedes explotar a tu favor; por otro lado sabes de qué manera debes explotarlos, y por otro lado cuando tu intención es poner ese conocimiento a trabajar a tu favor lo que termina sucediendo es que pierdes de forma consistente, no porque la ventaja desaparezca, sino porque tu implementación no es la adecuada, entras antes de tiempo o demasiado tarde, con más riesgo del adecuado, promediando en contra, eliges oportunidades, ambicionas que una operación te salve la semana, operas cuando no has dormido lo suficiente, en un entorno que no es favorable, en un momento en el que tu ventaja no existe.

El desarrollo del juego interior debe comenzar fuera del mercado. Tu trabajo como trader no es solamente lo que haces frente a la pantalla, es también el análisis reflexivo de tu trabajo. Debes disponer de un espacio dedicado a trabajar sobre ti mismo. Si esperas que con suficientes horas de pantalla darás con la tecla adecuada estás malgastando tus recursos. Frente a la pantalla ejecutas, pero fuera de la pantalla reflexiona sobre lo que has ejecutado, sobre lo que has hecho bien y debería seguir haciendo, sobre lo que has hecho mal y deberías dejar de hacer, sobre lo que no has hecho que deberías haber hecho, sobre tus puntos fuertes y tus áreas de mejora.

En ese espacio debes identificar y documentar tus propios obstáculos interiores. ¿De qué formas te haces tropezar? ¿Qué sueles repetir una y otra vez? Puede que cometas muchos tipos de errores, pero ¿cuáles son los que dañan más a tu cuenta de resultados?

Un operador puede hacerlo bien el 99% de las veces y destrozar sus ganancias en un mal día: una noche de insomnio, una posición que se mueve en su contra de la que no es capaz de salir, promediar en contra y seguir dilatando el stop con la “esperanza” de una recuperación.

Otro operador puede ejecutar paciente y disciplinadamente durante la primera hora, pero si el precio no se mueve se impacienta y toma entradas mal definidas, fuerza operaciones que no existen.

Otro trader entra muy bien pero no sabe salir. Aguanta con la esperanza de que el mercado le de lo que no le es dado darle Quiere más de lo que está disponible en ese momento. Le ha costado entrar y ahora que se mueve a su favor no quiere salir, pero el precio no sabe de necesidades, así que se gira, busca liquidez expresándole y después continua si él. El mercado le ha dado lo que debía darle acorde a su sistema, pero él no ha sido capaz de aceptarlo.

A otro operador le pasa lo complementario, entra bien, pero sale mucho antes de que el precio llegue a su objetivo. No soporta aguantar una posición favorable y termina con BE o con pequeñas ganancias, lo que rompe su política de gestión del riesgo.

Mi sugerencia, si me la aceptas, es que te centres en identificar tus propios retos. ¿Con qué palos te haces caer de la bicicleta? ¿Qué es lo que repites una y otra vez? Eso es mucho más importante que dedicarte tiempo a hacer más de lo mismo. Comprende que seguir operando sin hacer tus deberes, con la esperanza de que un día te levantes y seas disciplinado es absurdo. Lo que no ha sucedido ya no es probable que suceda mañana ni pasado.

El camino más directo es hacer el trabajo necesario: inventariar tus obstáculos, reflexionar sobre lo que haces, sin culpa, sin reproches, sino más bien con la idea de trabajar sobre ello.

No te librarás de la impaciencia, de la ira, o de la frustración de forma espontánea.

Si sigues haciendo más de lo mismo terminarás siendo consistente en ser inconsistente. Te volverás un experto en cometer el mismo error y en hacerte descarrilar.

En cambio, con tus retos internos a la vista podrás darle la vuelta al obstáculo. Tendrás algo en lo que poner tu foco de atención, un reto que enfrentar. Ya no lucharás contra un enemigo borroso y de forma improvisada.

Pero tu trabajo no termina ahí. No se trata de que sepas que debes superar y esperes que el cambio tenga lugar. Saber es conocimiento y lo que logra tus resultados son tus acciones que es conducta. Una vez sabes, debes trabajar en lo que haces. Trabajar quiere decir entrenarte de forma paciente, quiere decir reflexionar después del combate para ver qué has hecho mejor que ayer, qué debes mejorar, qué debes eliminar o reducir.

Tu trabajo debe ser sistemático, metódico, paciente. Todo lo contrario de improvisado, y supersticioso.

Haz esto, elimina tu principal error de forma sistemática y consciente y estarás mucho más cerca de la meta.