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Cuando necesitas que el trading funcione ya has perdido

 

El trading desde la necesidad, el trading cuando uno tiene que pagar el alquiler, o la hipoteca, o devolver un préstamo con las ganancias, ese tipo de trading es una pérdida segura y el motivo es claro: si miras el mercado desde el miedo verás solamente una parte de la información disponible, y tomarás decisiones equivocadas. Quien opera por necesidad pierde por obligación.

El trading no es la solución mágica a los problemas económicos que uno pueda tener, el trading no es dinero a mansalva, no es una forma fácil de hacer una fortuna, más bien al contrario, el trading te puede costar una fortuna.

Si uno tiene problemas económicos debería preguntarse por qué. ¿No ha hecho las cosas adecuadamente, ha cometido torpezas o ha tomado malas decisiones, tiene ideas erróneas sobre cómo manejar sus finanzas? Si la raíz del problema son ideas equivocadas no logrará nuevos resultados hasta que no las cuestione y las cambie por ideas funcionales. Y si son malos hábitos probablemente contaminarán también otras áreas de su vida.

Si una persona, por ejemplo, no es capaz de controlarse, si ve una televisión nueva y la desea tanto que tiene que comprarla, aun cuando eso rompa su presupuesto… Si tiene que endeudarse con un crédito al consumo para hacer frente a su impulsividad, ¿qué tal lo hará como trader?

En el mercado no hay lugar para personas impulsivas que no sepan controlarse, así que si uno no es capaz de controlar su impulsividad debe comenzar por ahí, trabajando sobre sí mismo, sobre sus ideas y sus hábitos, no sobre el mercado, no se trata de que aprenda a analizar y a buscar oportunidades de inversión. Debe ordenar primero su cabeza. Cualquier otro camino está condenado a hundirle más y más.

Hay tres habilidades básicas en relación al dinero: Ganarlo, ahorrarlo e invertirlo.

El trading no es una forma de ganarlo, sino de invertirlo. No es una fuente de ingresos a la que uno pueda aspirar partiendo de la necesidad. No vale, y ahora veremos porqué, ir al mercado con una mano delante y otra detrás y exigirle que nos de dinero, no es una buena idea.

Hay que dominar la habilidad de ganar dinero por un lado, luego hay que instaurar el hábito de ahorrar una parte de ese dinero ganado, y finalmente uno está en condiciones de invertir una parte de eso que se ahorra. Pero no funciona al revés. No podemos partir de no tener ahorros y pensar que vamos a pedir un préstamo para invertirlo y que después eso nos hará ganar dinero.

Pero insisto ¿por qué? Por la presión. Tener que ganar te pondrá en una situación en la que serás incapaz de actuar a favor de tu mejor interés. Lo que verás será una parte de la información disponible porque tu mente te defenderá de la percepción de los estímulos amenazantes, verás lo que quieres ver y quedarás ciego al resto de la información, simplemente no podrás desarrollar una visión objetiva de lo que está sucediendo.

El trading es ya de por sí una actividad demandante y suficientemente compleja como para que sea un reto incluso para aquellas personas que parten en las mejores condiciones. Incluso si uno está centrado, descansado, relajado y no “necesita” ganar, sino que simplemente lo quiere, incluso si uno se da un tiempo razonable para aprender y se acerca al trading paso a paso y de forma progresiva, con un horizonte temporal adecuado, incluso así es un reto mayúsculo… pero si uno “tiene” que ganar para pagar la letra del coche, si uno “necesita” el dinero porque se le acaba el paro o porque tiene una deuda, en ese caso se ha perdido antes de comenzar.

Si miramos el mercado desde la necesidad lo que sucede es que nuestra mente, que es el vehículo a través del cual percibimos el mercado, y nuestros esquemas mentales, que son los mecanismos que nos permiten dotar de sentido a la acción del precio, entran en modo pánico. En ese caso veremos oportunidades donde no las hay, cuando aparezcan ventanas de oportunidad dudaremos y esperaremos confirmación, cuando la tengamos el precio estará donde no debe, si dejamos de tomar una operación está será positiva, si la tomamos el resultado será negativo, perseguiremos el precio, entraremos a destiempo, infringiremos nuestras reglas, improvisaremos y acumularemos errores, cada error aumentará la presión desde la que estamos actuando y a más presión más errores, cada equivocación nos hará sentir peor y veremos como se aleja nuestro sueño, la frustración nos pondrá de mal humor y el mal humor nos hará enfadar con el mercado. A más enfado y resentimiento más errores, desde la frustración, y la ira, desde el miedo y el temor, lo que veremos serán amenazas, el precio retrocede: nos amenaza, el precio escapa, se burla de nosotros, el precio se estanca es algo personal…

Una mente que responde a una amenaza es una mente que activa mecanismos ancestrales de supervivencia, nuestra capacidad de planificación y control quedarán mermadas, nuestra capacidad de razonar y evaluar se apagarán. Si de pequeños adoptamos la estrategia general de atacar cuando nos sentíamos atacados, un metaprograma de agresión, atacaremos al mercado: aumentaremos el número de posiciones y el riesgo, tomaremos operaciones donde no hay oportunidad, aguantaremos el precio en contra como un acto de valentía… y el resultado será un desastre, si la estrategia que aprendimos fue la de huir o la de paralizarnos ante una amenaza, lo que haremos en el mercado será salir en Break Even cuando el precio retroceda o frene, tomar beneficios demasiado pronto, o nos quedaremos en la barrera esperando una confirmación que llegará demasiado tarde.

En cualquier caso no estaremos actuando a favor de nuestro mejor interés. Y si alguna vez suena la flauta, si alguna vez logramos un resultado positivo, no seremos capaces de sostenerlo en el tiempo. No se trata de ganar una operación, sino de desarrollar una práctica de calidad que nos ponga en la senda de la consistencia. Se trata de ser capaces de operar de forma profesional y sensata a lo largo del tiempo.

Nuestro éxito no depende de tomar una operación brutal que recupere nuestras pérdidas, o que solucione nuestra necesidad económica en un solo disparo, nuestro éxito es la consecuencia lógica de un trabajo bien hecho.

No quiero ser un cenizo ni seré yo quien ponga límites a tus logros, basta con que nos digan que algo no es posible para que nos empeñemos en demostrar que sí lo es… Si te digo que no puedes hacerlo no es porque crea que es imposible, sino porque la experiencia me demuestra que eso no es actuar a favor de tu mejor interés, que operar desde la necesidad es añadir una dificultad extra al trading.

Si ya de por si se trata de una actividad exigente, acercarse a él con esa carga extra es hacerse un flaco favor.

Entonces, si uno necesita el dinero, ¿qué debe hacer?

Yo no lo se, no conozco tus circunstancias. No se si esta falta de dinero se debe a una mala decisión, o a un mal hábito, o a una idea equivocada. Si tomaste una decisión equivocada, como en el caso de arrancar un proyecto que ha resultado un fracaso, tal vez estés en el menos malo de los escenarios. Cuando tomamos decisiones asumimos la posibilidad de que el resultado no nos sea favorable. Esas cosas pasan.

Si en cambio se trata de un mal hábito, si tu falta de dinero se debe a tu mala cabeza, a la incapacidad de ahorro sistemático, a la incapacidad de generar ingresos, o a la tendencia a dilapidar todo lo que generas en pasivos absurdos, el reto es más complejo porque los hábitos generan una inercia que es difícil revertir... Pero si el trading es importante para ti, si verdaderamente encuentras la motivación suficiente podrás trabajar sobre tus hábitos. Entiende en este caso que si llevas años haciendo las cosas de determinada manera no puedes esperar revertir esa tendencia en un simple paso. Tal vez necesites reeducarte con paciencia y cariño, y sostener el trabajo sobre ti mismo a lo largo del tiempo. Entiende también que en este escenario no tiene sentido que priorices tu trabajo sobre el mercado… es mejor que  trabajes sobre la mente del operador, que te centres en establecer hábitos correctos que serán los que te llevarán después a la consistencia. Da igual lo bien que analices un mercado, sin la capacidad de controlar tus impulsos sucumbirás al error y ahogarás tus posibilidades.

Finalmente si tu falta de dinero se debe a ideas equivocadas debes trabajar sobre esas ideas, lo que es tremendamente difícil porque cuesta mucho golpear a un enemigo invisible. Si no sabes qué es lo que te hace tomar malas decisiones, si no sabes dónde está la raíz de tus pobres resultados, ¿cómo se supone que vas a cambiar?

Recuerda que los resultados que obtienes dependen de lo que haces, y lo que haces depende de cómo piensas. Mientras albergues ideas erróneas sobre el dinero te condenarás a conseguir pobres resultados, ¿lo ves? Una cosa depende de la otra. Lo que piensas influye lo que haces y lo que haces determina lo que obtienes… así que, si lo que obtienes no es lo que quieres, debes cambiar lo que haces y eso pasa por cuestionar lo que piensas.

No estoy aquí para dar lecciones a nadie, he tomado muy malas decisiones en el pasado, y se que cada uno debe recorrer su propio camino, pero si te sirven estas reflexiones como punto de partida, si prende en ti la llama de lo que es necesario hacer, me daré por satisfecho.

Esta situación sobre la que estamos reflexionando me hace pensar mucho en cómo tratan los bancos a sus clientes. Si necesitan el dinero no suelen obtenerlo, si no lo necesitan se lo ofrecen. Es lógico: los bancos son modelos de negocio que han aprendido a asegurar sus opciones de éxito. Cuando ven un cliente necesitado, uno que no tiene dinero y que se les acerca pidiendo ayuda, huyen corriendo. Tal vez anticipen que, si ese cliente no tiene dinero es porque ha hecho las cosas mal, y si le dejan dinero y hace las cosas mal tendrá dificultades en devolver ese dinero. Si ven un cliente que no necesita el dinero son ellos los que se interesan en ofrecerle préstamos y buenas condiciones… es como si dijeran: Esta persona hace las cosas bien, si le dejo dinero me lo devolverá con interés.

Dicen que un banco te deja un paraguas cuando hace sol y te lo quita cuando empieza a llover.

El mercado hace algo parecido… Si necesitas ganar ya has perdido.

Pero puedes cambiar eso si das los pasos en el orden correcto. Corrige primero tu necesidad de ganar dinero, haz las cosas bien, gana el dinero fuera del mercado si no lo tienes, ahorrarlo si no lo haces, y aprende luego, desde la serenidad a invertirlo. En ese escenario el trading podrá resultar un proyecto de éxito.