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Dos ángulos de trabajo para la gestión emocional

Dos ángulos de trabajo para la gestión emocional

Antes de adentrarnos en el modelo de trabajo, tengamos en cuenta que los desequilibrios emocionales explican algunos comportamientos destructivos en los mercados, pero no todos. Aun cuando aprendas a manejar tus emociones te quedará por delante el trabajo sobre otras dos grandes variables: los sesgos cognitivos y las historias que te explicas.

Acerquémonos al modelo desde varios ángulos diferentes:

Comencemos estableciendo que ante la percepción de una amenaza las emociones se activarán y tomarán el mando para velar por tu supervivencia y que seguirán tres estrategias principales: atacar, huir o paralizarse.

Desde aquí lo que podemos hacer es centrarnos en no percibir amenazas en el mercado y eso nos lleva al trabajo cognitivo sobre “qué es una amenaza y porque nuestra mente ve ahí una amenaza”.

También podemos establecer el hecho de que las emociones pueden tener muchas intensidades distintas. No es lo mismo un estado de ligera displicencia, que un estado de furiosa rabia. Lo que debe preocuparnos no es que sintamos algo, siempre sentiremos algo, ya vimos en el capítulo anterior que los humanos estamos permanentemente en un estado emocional. Luego la idea no es dejar de sentir, sino manejar nuestras emociones para que estén dentro de una determinada intensidad. No queremos que traspasen el umbral de activación que dispara la amenaza de supervivencia.

Luego otro ángulo es el trabajo para que las emociones no traspasen el umbral en el que perdemos el timón.

Ahí podemos prestar atención a nuestra activación fisiológica (monitorizando el corazón, la variabilidad, la respiración, la tensión muscular) y en sosegarla. Debemos restaurar el equilibrio entre el sistema simpático que nos activa y el parasimpático que nos sosiega.

Es decir, por un lado tenemos un trabajo sobre nuestra fisiología, lo que nos permitirá permanecer dentro de unos niveles de activación “normales”, y por otro lado un trabajo sobre nuestras ideas para no “ver amenazas ahí donde no las hay”.

Comencemos sobre el trabajo cognitivo: ¿Por qué nos sentimos amenazados en el mercado?

Lo que podemos decir de entrada es que no todas las personas reaccionan igual delante de los mismos hechos, ¿verdad? Entonces podemos preguntarnos, ¿nuestras respuestas depende de los hechos o de nuestras interpretaciones de esos hechos?

Pierdes una operación claramente definida, el set up era impecable, tu análisis perfecto, la zona inmejorable, pero el precio te ha barrido. ¿Cómo te hace sentir? Ten seguro que no igual que a todos. Algunas personas no soportan que el precio les expulse. En sus mentes esa expulsión, cuando todo está perfectamente definido no debería suceder, es injusta, no se la merecen. Esas personas arrancan su activación emocional con sentimientos de frustración, que les lleva buscar la venganza, a restituir la injusticia que se ha producido.

Otras personas no obstante aceptan sin pestañear que el trading explota una ventaja estadística y que si operan con una ventaja a su favor eso no garantiza el resultado aislado de ninguna operación. Aun con una operativa que les dé a ganar el 90% de sus operaciones se enfrentarían a la realidad de que un 10% de sus operaciones serán perdedoras. Si operan con un sistema que les de un 50% de operaciones ganadoras con una relación entre el riesgo y el beneficio de 1 a 3 perderán la mitad de sus operaciones.

No reaccionamos a los hechos sino a la interpretación de esos hechos, y debes comenzar a entender cómo estás interpretando lo que sucede en el mercado.

Estás en una operación larga que se ha movido a tu favor pero el precio comienza a retroceder antes de que haya alcanzado tu primer objetivo de beneficio. El retroceso se hace con brusquedad y tu reaccionas moviendo el stop a BE. El precio lo toca y justo después de expulsarte sale disparado al alza.

¿Cómo interpretas un retroceso brusco? ¿Te asusta? ¿Te da miedo? ¿Lo ves como una agresión? ¿Le temes? Si interpretas así el precio te activarás a nivel emocional y perderás el timón: la amígdala secuestró el neocortex y te verás moviendo el stop a BE para mitigar tu tensión emocional aun cuando no haya razones técnicas para hacer eso. 

Otros operadores verán estos movimientos bruscos en contra de tu entrada como una maniobra de potencial búsqueda de liquidez y pensarán que justamente son de esperar, que los grandes operadores venderán a mercado algunas posiciones para que el precio caiga y conseguir que aparezca oferta que ellos puedan comprar.

Es fundamental que cuestiones la validez de las ideas que tienes sobre el mercado. Si son ideas equivocadas tendrás respuestas erróneas, si tus creencias sobre qué es el mercado, cómo funciona el trading, de quién es el modelo de negocio, sobre cómo ganan los grandes operadores, sobre qué debes hacer para lograr la consistencia, si estas ideas son erróneas te moverás en la dirección opuesta a tus objetivos.

Tienes que comprender que como operador explotas una ventaja estadística, no predictiva. Que tu éxito no depende de adivinar nada sino de asegurar una operativa con una ventaja estadística, etc. Por estos motivos he enfatizado estos aspectos en la parte inicial de esta serie.

Esos pilares son clave porque aumentarán tu forma de operar.

Por otro lado, debes comprender que el mejor momento para cavar un pozo es mucho antes de tener sed. Si estás activado a nivel emocional, si estás frustrado, enfadado, irritado, furioso, decepcionado, y traes esa carga emocional a tu operativa, ¿qué se supone que vas a hacer? Será tarde para ti. El trabajo sobre tu cognición, la adecuada identificación de tus propias creencias irracionales difícilmente la harás con éxito frente a la pantalla, por eso insisto en que el trabajo para desarrollar la mente de un operador profesional debes hacerlo fuera de tus sesiones como trader.

Retomaremos este tema más adelante en otro vídeo.

Entonces hemos establecido que son tus interpretaciones de los hechos las que marcan la diferencia y que si son erróneas tienen consecuencias terribles. Si un retroceso es interpretado como una amenaza ya has perdido la mitad de tus opciones.

También hemos dicho que debes trabajar sobre la forma en la que interpretas tu operativa y el mercado, y que eso no lo harás frente al ordenador y bajó la tensión de una operativa intradiaria. Es un trabajo que debes realizar fuera.

La pregunta de fondo que deberías ser capaz de responder es ¿cómo debo interpretar la información que percibo para que no sea una amenaza? Aprender a responder esta pregunta y tendrás una pieza clave. Sigamos. 

El segundo ángulo de trabajo es la regulación emocional. Hemos dicho que no todas las emociones tiene la misma intensidad y que podemos modularlas a través del control sobre nuestra fisiología.

Para hacer esto debes acostumbrarte a monitorizar tus estados emocionales de la misma forma que monitorizan la acción del precio. Debes entrenarte para prestar atención a tu fisiología igual que estás atento a qué hace el precio. Con un ojo miras los ticks y con el otro tus pulsaciones.

Debes saber que tienes una parte de tu sistema nervioso que se encarga de activarse a nivel fisiológico: el sistema nervioso simpático. Libera vasopresina y adrenalina y hace su suba tu presión y que tu corazón lata más fuerte, tensiona tus músculos, contrae tus pupilas, acelera tu respiración. Pero para sosegarte debes activar otra parte de tu sistema nervioso que se llama sistema parasimpático. Lo que hará será serenarte, tranquilizarte, aplacarte, relajarte.

Puedes verlos en acción con un simple ejercicio: contrate los músculos de tu mano con fuerza, cierra el puño y aprieta todo lo que puedas, sostén ese puño unos segundos, y ahora afloja tu mano, relájala, suéltala, déjala inmovil, totalmente quieta.

Ahí lo tienes: la primera parte la has hecho activando tu sistema simpático y la segunda parte con el sistema parasimpático.

Luego, cuando estés ante el mercado y notes que te activas a nivel fisiológico, que te tiembla el pulso, que se acelera tu corazón, que se te entrecorta la respiración, entiende que has activado tu sistema simpático y ese sistema es el que te puede llevar a cruzar el umbral de activación, Si traspasas ese umbral será tus emociones de supervivencia las que decidirán por ti, así que, si no quieres traspasarlo debes: uno, estar atento, para dos, poder sosegarte.

Pero eso no es tan sencillo. Ya hemos dicho que si estás activado es muy difícil desactivarse. Si tus emociones están secuestrando tu neocortex serán ellas las que mandarán y la misión puede ser la de “atacar al mercado”, en ese estado harás cosas de las que después de arrepentirás como sobre operar, o aumentar tu riesgo, pero es que en ese estado es muy difícil razonar porque justamente se ha “apagado” la parte de tu cerebro que se encarga de razonar. Por lo tanto debes tener muy claro que tu foco de atención debe estar en “prevenir” la activación emocional, en evitar traspasar el umbral.

En resumen, lo que hemos visto en este capítulo es que tenemos dos principales ángulos de trabajo: el cognitivo que se encargará de la evaluación de nuestras interpretaciones para que no sean irracionales y no vean amenazas en el mercado, y el fisiológico que se ocupará de regular nuestra activación para mantenernos dentro de unos márgenes que no superen el umbral de activación y que es lo haremos estimulando el sistema parasimpático.

En el próximo capítulo veremos un modelo específico para operativizar este trabajo.