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Qué hacer con tus emociones en el trading

Qué hacer con tus emociones en el trading

Lo primero que debes saber es que siempre estás en un estado emocional, tu cuerpo te da información constante a nivel fisiológico y tu percibes esos cambios: estás relajado, o ansioso, o alegre o angustiado, o frustrado, o irascible, o tranquilo. Siempre estás en un estado emocional.

No obstante, la mayoría de las personas confunde inteligencia y conciencia. La inteligencia básicamente es la capacidad de solucionar problemas. Mientras que la conciencia es la capacidad de sentir cosas, de tener emociones y sensaciones, y de tener experiencias subjetivas. 

En los mamíferos la inteligencia  y la conciencia van de la mano: la manera en la que los mamíferos, incluidos los humanos, solucionamos muchos problemas es a través de sentimientos y emociones. 

Debemos tener en cuenta que las emociones no son lo contrario a la racionalidad o a la inteligencia, sino más bien la encarnación de la “racionalidad evolutiva” como señala Yuval Harari, una forma muy sofisticada de sacar conclusiones.

Es decir, no es que tus estados emocionales sean contrarios a tus estadios racionales, es que tus estados emocionales están siempre presentes en ti cumpliendo una función informativa.

Imagina cómo sería no sentir nada ¿lo ves? Si no sintieras nada ¿qué sentirías? ¿Cómo sentirías el no sentir?¿Cómo sabrías que no estás sintiendo? Siempre hay un estado emocional en ti que está coloreando tu experiencia.

Las emociones son herramientas que hemos sofisticado en nuestro periplo evolutivo y que nos ayudan en la toma de decisiones y en la resolución de los problemas del día a día.

Imagina un mono que se ha refugiado en un árbol y tiene hambre. Su cuerpo le manda señales que hacen ese hambre real. Esas sensaciones en el cuerpo le están incitando a la acción,  a lo lejos ve otro árbol con fruta con las que saciar ese hambre, pero entre ambos árboles se encuentra un león, y siente el miedo en su cuerpo ¿Debe bajar del árbol para ir buscar esos frutos y saciar su hambre? ¿debe esperar? Y si espera ¿durante cuánto tiempo? Las emociones que siente le van a guiar teniendo en cuenta muchos otros elementos, ¿cuán lejos está el árbol? ¿Cómo de atento está el león? ¿Podrá llegar al otro árbol antes de que el león de vea? ¿Hay suficiente fruta en ese árbol para correr el riesgo? Son muchas preguntas que han de ser contestadas, y las emociones serán la forma de encontrar la respuesta. El mono sentirá lo que debe hacer. Tanto si es quedarse a la espera, como arriesgarse. Al final tomará una decisión en función del sentimiento dominante: si es el hambre se arriesgará, si es el miedo aguardará.

Las emociones son mensajes que tu cuerpo te está dando para ayudarte a tomar decisiones.

Tienes que ganar como sea, necesitas el dinero para pagar tus deudas, se te han acabado los ahorros y no quieres volver a tu antiguo trabajo. Tienes que ganar. Tienes que encontrar una operación que solucione tus problemas de una vez por todas así que, cuando abres la pantalla y ves que el precio llega a una zona de trabajo relevante, y que realiza una figura de giro te dices que esa es la oportunidad que buscabas. Los dioses de la fortuna se han apiadado de ti y te están sonriendo. La señal se confirma y entras corto con lo que te queda. El precio aguarda sin moverse en una clara dirección durante unos minutos que se te hacen eternos y finalmente el movimiento esperado: el precio se desploma a tu favor. No te lo puedes creer 100$, 150$ 200$, todo avanza según lo previsto 350$. Sigue, sigue, le gritas,  400$ esto no tiene fin, 520$, 600$, 650$, ¿qué haces? ¿Sales y te quedas con lo que te está dando el mercado? ¿Aguardas? El precio podría hacer una caída mucho mayor y tu necesitas ese dinero, 650$ es mucho pero no suficiente para ti así que esperas, y el precio retrocede a 550$. Está respirando te dices, está en un pequeño retroceso, puede caer muchísimo más.

¿Qué haces con tu stop? Lo habías puesto en BE tan pronto llegaste a los 100$ de beneficio potencial, y ahora los has ido moviendo a la baja siguiendo el desarrollo del precio y lo tienes en los 400$, pero, ¿y si el precio llega ahí, te saca y luego se desploma otros 1.000$? Ves como tu mano aparta el stop y lo sitúa nuevamente en BE.

Observas el precio atentamente, tick a tick, 520$ 510$ 500$. Está corrigiendo, ha hecho un buen desplazamiento a la baja y ahora corrige, pero es normal que corrija, es lo que debe hacer, es lo esperado, 450$, 400$. Te alegras de no haber dejado el stop en 400$ porque ahora estarías fuera, el precio llega a los 350$, luego frena. Ahí finaliza el retroceso.  Ahora solamente falta que reanude la caída, el precio llega de nuevo a los 400$ y en una sola vela va a buscar tu stop y te saca a BE.

Han publicado noticias que no tenías previstas. Estabas tan centrado en lo que querías, en lo que necesitabas que has desatendido lo más básico. No has perdido pero podrías tener 650$ que has devuelto al mercado y te sientes mal. Necesitas ese dinero, tienes que conseguirlo.

Vuelves tu atención al mercado y comprendes: la figura de giro era una maniobra de compra institucional: un movimiento bajista acelerado que ha sido aprovechado por los profesionales para tomar posiciones compradas. El precio ha generado oferta durante la caída y esa oferta ha satisfecho la necesidad compradora de los grandes traders. Ahora que están comprados el mercado es más probable que se mueva al alza.

Sosegas tu pulso y te repites que necesitas ese dinero que tienes que encontrar la oportunidad de sacarlo del mercado. Estás buscando la manera de incorporarte al alza cuando ves que el precio acelera y traspasa una zona de potencial resistencia, te dices que, si el precio retrocede ese será un nivel potencialmente bueno para encontrar soporte y entrar tus largos. El precio retrocede y tú estás listo para comprar, Dentro, Has entrado largo. El precio reemprende la senda alcista, 100$, 120$, después frena, ¿qué haces? Tu mano está atenta para ajustar el stop. No quieres que esa oportunidad se convierta en una pérdida. Lo último que necesitas es perder. El precio sigue congestionado. No se decide a avanzar. Te entran las dudas. Pones el stop justo por debajo del último mínimo. Sabes que es probable que vaya a buscarlo. Es una zona muy golosa, pero no estás dispuesto a alejarlo y que el precio gire en ese nivel y te vuele la cuenta así que lo dejas ahí y cruzas los dedos. El precio se acerca, 90, 70, 50, Deberías de haber tomado esos 100$, te dices, 50$ ¿Qué debes hacer? Tu stop vale 100$ ¿Estás dispuesto a arriesgar 100$ por debajo del último mínimo? Mueves tu stop a BE. El precio llega ahí, te saca, y luego, como impulsado por un resorte salta al alza y hace nuevos máximos para el día en un recorrido de 900$ que te quedas mirando desde la cuneta.

Has tenido tus oportunidades y no las has sabido aprovechar. Si no hubieras movido el stop podrías haber realizado una ganancia de 900$. Si te hubieras conformado con los 650$ de la anterior operación, o con los 400$ en los que tenías el stop de defensa ahora tendrías una ganancia bastante interesante para el día, pero en cambio te has quedado a cero. No has perdido que ya es algo, pero sientes que lo has hecho francamente mal.

¿Qué ha pasado? Tus emociones te han ido dando información y tu has sentido que tenías que conseguir más, que tenías que apartar el stop, que no debías conformarte ni con 650$, ni con 400. Tus emociones te han hecho creer que el precio estaba retrocediendo cuando en realidad estaba girando al alza, que estabas en una corrección de una tendencia bajista cuando estabas en el inicio de un cambio de tendencia. Tus emociones han centrado tu atención en cada tick pero la han apartado del conjunto. Has dejado de ver el módulo de giro alcista, la divergencia de volumen, el volumen climático en los mínimos, los cierres de las últimas velas, has dejado de tener en cuenta el primer mínimo creciente, el primer máximo creciente, y luego te han hecho sentir frustrado. Te han informado de que lo habías hecho mal, de que habías dejado escapar a la presa: pero si la has dejado escapar es porque te estaban gritando que necesitabas más y que no debías conformarte con eso.

Tus emociones han centrado tu foco en la operación que llevabas entre mano y la han alejado de una correcta gestión que implicaba estar atento a la publicación de noticias. Estabas dentro del mercado en un momento en el que tu trading plan dice que no debes estarlo. Lo sabes pero no lo has “recordado”, necesitabas el dinero y esa necesidad ha ido por delante de la necesidad de respetar tus reglas.

Y en la segunda operación tus emociones te han hecho sentir miedo, dudas y frustración. Te sentías mal antes de comenzar. Habías devuelto mucho dinero, dinero que necesitas, y no querías cometer el mismo error, no querías quedar derrotado una vez más. Cuando el precio ha retrocedido tu has evaluado el lugar correcto en el que defenderte, pero cuando ha retrocedido más has sentido que era posible que perdieras, que el precio podía ir a buscar tu stop, que lo mejor era evitar esa posible pérdida, y has ajustado a BE en un intento de no perder, pero al hacerlo te has impedido ganar, has sentido que mover tu stop aliviaba tu sufrimiento, que alejaba la amenaza, que te permitía escapar a la tensión emocional que sentías, pero también se ha alejado la posibilidad de realizar una ganancia.

Tus emociones han velado por tu seguridad y han evitado esa tensión, pero esa protección precipitada de tu capital te ha devastado a nivel psicológico y ahora te sientes una vez más como un perdedor.

Has desaprovechado dos buenas oportunidades y te dices que eres un estúpido, pero ¿lo eres realmente? ¿O simplemente no has aprendido a manejar tus respuestas emocionales?

Debes saber que las emociones no se limitan a darnos constantemente información, sino que de hecho juegan un papel predominante en velar por nuestras supervivencia. Ante la percepción de una amenaza la parte de tu cerebro que velará primero por tí serán tus emociones que se encargará de activar procesos de ataque, huida o parálisis. Estos procesos son sistemas que hemos heredado de nuestros antepasados y que han demostrado ser altamente eficiente para preservar nuestra integridad.

Esto es muy práctico a nivel de supervivencia: ante una amenaza que ponga en riesgo tu vida, quieres un mecanismo que tome decisiones con rapidez. Una decisión rápida puede salvarte la vida. Una decisión lenta, sosegada y reflexiva podría ser mejor. Pero tal vez, tu ya no estés ahí para poder aplicarla. En ese escenario las decisiones se generarán en conjunto de estructuras más primitivas y veloces como la amígdala.

Si estás andando por la calle y un coche que no te ha visto está apunto de chocar contra ti, no quieres que tu cerebro se pierda en un mar de dudas: ¿frenará a tiempo? ¿la trayectoria me hace pensar que realmente va a impactar conmigo?¿será que me ha visto y me tiene en cuenta? ¿Es una especie de broma de alguien que conoces? no. Lo que quieres es apartarte de un salto y de eso se ocupa esa parte más primitiva: ante una amenaza, ataca, se paraliza o huye. En el caso de un coche lo que quieres es dar un salto y salir de en medio.

Estás en el mercado en una posición larga y el precio comienza a retroceder y “amenaza” con tomar tu stop. Si tu cuerpo está activado a nivel emocional y responde con intensidad ante esa amenaza, por ejemplo si estás sobre apalancado y manejas una cantidad de contratos para los que no estás preparado, o si has excedido tu % de riesgo, o si necesitas el dinero para pagar el alquiler del mes, esta activación puede hacer que tu cuerpo responda con, por ejemplo, una maniobra de huida: apartas el stop, el precio sigue retrocediendo en tu contra, y lo sigues apartando, cuanto más lo apartas mayor es la pérdida potencial y más crece la amenaza, con lo que la emoción se intensifica y crece. Finalmente cuando no soportas más el dolor te rindes y el precio te pulveriza.

O tal vez la respuesta emocional que se active en respuesta al amenaza sea la de atacar y entonces, cuando el precio retrocede, pero sigue estando dentro del margen de retroceso establecido por tu trading plan (y que te de una ventaja) tú decides acercar el stop a BE. No hay razón estadística ninguna para apoyar tu decisión, así que tu comportamiento responde a una emoción de ataque: no quieres perder y proteges en BE, pero no por un motivo técnico sino por uno emocional. Ya sabes cómo sigue: el precio te saca y justo después sigue su trayectoria alcista sin ti.

Entonces te dices que si pudieras bloquear tus emociones, tu operativa sería mucho más fácil ¿verdad? Sin sentir nada podrías limitarte a ejecutar y siendo que tu sistema tiene asociada una ventaja a tu favor, tu sistema te haría ganar sin que tú interfirieran en tus resultados. ¿Es ese el camino? ¿Se trata de aprender a bloquear tus emociones?

En realidad no. Ya hemos dicho que los humanos utilizamos las emociones en nuestra toma de decisiones y que siempre estamos en un estado emocional. No se trata pues de dejar de sentir, no se trata de bloquear nada.

Mi propuesta es otra. Mi propuesta es que aprendas a pensar en tus emociones de manera distinta. No como el enemigo a batir, sino como un aliado que debes comprender y con el que puedes apoyarte.

En este capítulo hemos dicho que las emociones pueden interferir nuestros resultados.

  • Que las podemos concebir como elementos informativos.
  • Que estamos permanentemente en un estado emocional.
  • Que velan por nuestra supervivencia.
  • Que ante la percepción de una amenaza tomarán el mando y atacarán, huirán o nos paralizarán.
  • Que no debemos centrarnos en bloquearlas sino en comprenderlas.

En el próximo capítulo te propondré una estrategia específica para que las utilices a tu favor.

Mientras Tanto recuerda que si quieres tú serás trader.