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Deja de joder tu trading

En esta serie hemos propuesto un recorrido estructurado: determina una ventaja, asegúrate de cubrir las bases técnicas y de disciplina, opera poniendo las probabilidades a tu favor, trabaja sobre tus retos de tipo emocional, ten en cuenta tus sesgos cognitivos, pero ¿y si por más trabajo en tus sistemas, planes de trading y de entrenamiento, por más desarrollo emocional y cognitivo no consigues sostener tus resultados? ¿En ese caso qué está pasando?

Es así, mientras que para una gran mayoría el camino hacia la consistencia se puede estructurar en una serie de pasos lógicos para otros el camino parece terminar en un abismo. Ya ha aprendido a analizar el mercado, ya sabe identificar ventanas de probabilidad y tiene claro cómo gestionar sus posiciones, su riesgo y a sí mismo, medita de forma regular, puede sosegar su carga emocional y tiene un plan por escrito para preparar sus sesiones, para operar y para mejorar sus resultados. Sabe específicamente qué hacer fuera del mercado y que hacer frente al mercado, qué errores comete con mayor frecuencia y qué consecuencias tienen para él, pero a pesar de todo su esfuerzo, antes o después termina en el punto de partida, pero no está igual que al principio, está peor. Se siente desgastado, frustrado y triste.

¿Qué explica este tipo de comportamiento?

Me he interesado por este fenómeno desde hace tiempo porque lo he visto en demasiadas ocasiones. Tengo el enorme privilegio de estar en contacto con una comunidad de traders muy extensa y se que esto es más frecuente de lo que uno puede llegar a pensar.

¿Qué queda cuando no es el sistema, el mercado o los indicadores? ¿Qué queda cuando no es la falta de juego interior, cuando no se trata de un secuestro emocional ni uno es víctima de sus propios sesgos cognitivos? ¿Qué queda cuando no queda nada?

¿Hay acaso personas que no pueden hacer trading por más que se esfuercen? ¿Hay personas a las que el trading les está vetado? No lo creo, más bien pienso que hay personas que ganan perdiendo. Eso es lo que pienso.

Hay personas que necesitan hacerse perder. Que lo buscan. Que sienten el impulso de la autodestrucción. Hay personas que actúan para hacerse daño porque eso es lo que han aprendido. Personas que están convencidas de no merecer el éxito, de no estar a la altura. Personas que buscan a Tánatos, a la muerte, a Hela, a Kali. Personas que se suicidan en los mercados porque creen que eso encaja mejor con su autoimagen.

Por un lado dicen que quieren ganar, por otro lado pierden y al perder ganan.

Pierden en el trading pero ganan al reafirmar la imagen que tienen de ellos mismos, la imagen de perdedores natos, de losers, de condenados al fracaso.

Su victoria es derrotarse, su victoria es hacerse perder, devolver el dinero al mercado, fallar una y otra vez, pero no porque no sepan, no porque no puedan, sino porque sabiendo y pudiendo, lo que mejor encaja con lo que creen que merecen es la derrota y el fracaso.

Hay traders, demasiados, que no pueden sostener sus logros porque dentro de si alimentan una imagen distorsionada de ellos mismos, traders que aprendieron que no eran buenos en nada, que no eran merecedores del amor de los demás, de los dulces de la vida, de los premios, los halagos, y los abrazos, traders que harán lo que deban para mantenerse fieles a esa autoimagen, a esas mierdas que se cuentan con las que llevan jodiendo desde hace años.

Creeme, si estás ahí no lo lograrás hasta que veas qué está pasando realmente. No es un tema de conocimiento así que puedes dejar de estudiar sistema tras sistema y de coleccionar indicadores y mercados. Tampoco es un tema de habilidad así que puedes dejar de observar el mercado analizando ventanas de oportunidad, puedes dejar de entrenarse, de repetir tus ejercicios. Ni es algo que no sepas, ni es algo que no sepas hacer, es algo que crees sobre ti mismo y que para ti es tan real, tan cierto que no te atreves ni a mirarlo a la cara.

Pero no hay otra salida o acabas con esto o esto acabará contigo. O te pones las pilas y dejas de alimentar esa bestia, o esa bestia seguirá esclavizándote y robándote los logros, uno por uno, como lleva haciendo tanto tiempo.

Mira lo que está pasando. Deja que mi voz te acompañe. Ábrete a esta posibilidad y mira hacia adentro.

¿Qué estás haciendo con tu vida?

No puedes volver al pasado ni reclamar que sea diferente de lo que ha sido, pero tampoco es necesario que lo resucites en el teatro de tu mente y que lo repitas una y otra vez. No es verdad que estés condenado a vivir bajo los juicios que alguna vez han hecho de ti. Los juicios son opiniones, no hechos, son palabras a las que solamente tú insuflas vida.

Mata esas palabras. No son ciertas si tú no haces que lo sean. No son verdad. Tu valor como persona no depende de lo que opine nadie ni mucho menos de lo que crees que sucedió en tu pasado. Tu eres libre en este momento para romper el hechizo. Eres capaz de cambiar tu destino cambiando las decisiones que tomas.

Deja de hacerte daño porque eso no ayuda a nadie. No te maltrates de esta manera, ni con el trading, ni con la comida, el alcohol, la violencia o cualquier otra forma de tortura. Hay otro camino y está justo aquí y ahora. Hay algo más a lo que puedes aspirar, a lo que puedes acceder, algo más que hacer.

Y si lo que digo no tiene sentido para ti lo siento. Tal vez este mensaje no sea para ti. Tal vez no haya nada hoy que deba decirte. Estas palabras son para aquellas personas a las que les resuenan, para aquellos que ya han comprendido de qué estoy hablando.

Me dirijo a ti, te digo esto personalmente. Hay algo más para ti, para tu vida y para los tuyos. Tus decisiones te harán libre si entiendes de qué te estoy hablando. Tienes que cuestionar la validez de esa imagen interior, de esa voz que te empuja a fracasar para que tu fracaso encaje con lo que crees que mereces. No es verdad que no merezcas ganar, no es cierto que seas un perdedor. Ni eres menos que nadie, ni eres insuficiente. Eres tan bueno y tan capaz como el que más. Como el mejor. Como el que ya está siendo consistente, pero no podrás llegar ahí si no rompes con tus historias.