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El atajo al éxito

El atajo al éxito

¿Cómo lograr el éxito lo antes posible? ¿Cómo conseguir la excelencia rápidamente? ¿Cuál es el atajo, el hack que puedes utilizar? ¿Se trata de que utilices la meditación? ¿Será ese el camino que te llevará rápidamente al éxito? ¿Se trata de invertir recursos en mejorar tu sistema? ¿Aprendiendo tal vez en otra escuela? ¿Será el sistema Milenio la pieza que te permitirá conseguir lo que anhelas mucho más rápido? ¿Tal vez una mejor plataforma de ejecución, una que sea más rápida, que te de menos slippage, con menos lag? ¿Un paquete de software que te permita analizar otros elementos del precio como el volumen, el delta, o las transacciones que se han realizado en cada segundo? ¿Está ahí ese atajo? ¿Y apostar por mejorarte a ti mismo? ¿Qué tal comenzando por una mejor dieta, más ejercicio y un mejor sueño? ¿Será eso tal vez?

Tienes una semilla en tu mano y el deseo de tener un árbol en tu mente, así que plantas la semilla en un terreno fértil, lo abonas y lo riegas, y te quedas a observar. No ves nada. ¿Por qué no brota el árbol? Esperas con inquietud y nada pasa, así que te preguntas qué puedes hacer para que el árbol crezca más rápido? Al final desentierras la semilla y la cambias por otra más grande. Vuelves a abonar el terreno y a regar. Esperas, pero no pasa nada. Sigues esperando y el árbol no brota. Desesperas porque quieres ese árbol ya, así que doblas la cantidad de agua y la cantidad de fertilizante. Nada. Al final desentierras las semilla y la cambias por otra más grande aún.

Más allá de crear las condiciones para que la semilla exprese su potencial y dé paso al árbol que lleva dentro no puedes hacer más que esperar. No importa lo que le grites a la semilla porque tus gritos no harán que crezca más rápido de lo que debe. No importa tu esfuerzo, es más, si en tu entusiasmo añades demasiada agua puedes ahogar el árbol. 

Y aun cuando las condiciones sean las adecuadas y el árbol comience a expresarse rompiendo la semilla y sacando las primeras raíces bajo tierra, tú puede que no veas nada. Sacar la semilla en ese momento no te traerá nada bueno. Comenzarás de cero. Habrás retrocedido. Estarás más lejos de tu objetivo.

Puedes trabajar sobre las condiciones, puedes elegir un suero que sea fértil, puedes eliminar las malas hierbas, asegurarte la cantidad adecuada de luz y de agua, puedes ocuparte de las plagas, pero no puedes forzar a que el árbol vaya más rápido en la expresión de su potencial. Irá a la velocidad que deba ir.

Y cuando te ves a ti mismo moviendo decenas de contratos u operando con un valor por tick de varios cientos de dólares estás en el escenario de desear en tu corazón que el árbol crezca, y en ese momento debes trabajar sobre tus condiciones, puedes elegir un buen sistema como el jardinero elegirá una buena semilla, porque si la semilla es débil, si es canija o está enferma, el árbol saldrá débil, canijo y enfermo, puedes elegir un suelo fértil, y controlar la luz y el agua, cómo puedes asegurarte de ser sistemático en el entreno de tus habilidades, en la eliminación de tus errores, en la obtención de feedback de calidad sobre tu desempeño, y después debes esperar y cultivar la paciencia. La semilla brotará a la máxima velocidad posible, pero no más rápido que eso, y tú lograrás tu progreso y tu maestría tan pronto como puedas, pero no antes de que te sea posible.

Cambiar la semilla, como cambiar de sistema, de mercado o de indicadores te hará comenzar de nuevo. 

El atajo, la forma más rápida de lograr ese árbol, es eligiendo bien el punto de partida: una buena semilla, el terreno adecuado y las condiciones climáticas propicias, y luego comprometerse con eso, sin desviarte, el tiempo suficiente, con paciencia, con tenacidad, con confianza.

No puedes saltarte el proceso. No importa lo que grites. Va a llevar el tiempo que lleve. Pero con lo berrinches y las pataletas no es que no vayas a ir más rápido es que va a ir más lento. Vas a ir hacia atrás. 

Vivimos en la generación del mando a distancia, de la inmediatez, de lo instantáneo, de Amazon Prime. Quieres algo, le das a un botón y lo tienes. Pero en el desarrollo de la maestría no te sirve ese marco mental. No lograrás un cinturón negro con un atajo. Tienes que poner tus horas, tu dedicación y entrega, tu corazón y tu paciencia. Pero es que si sigues buscando ese atajo lo más que puedes lograr es retroceder. Persiste, comprende que las cosas importantes llevan asociado un precio que hay que pagar y domina tu disciplina.

La gratificación instantánea te entrena a seguir buscando más y más gratificación, te adiestra como a un perro dándote un subidón de dopamina y la química de tu cerebro, adicto al placer, te lanza con avidez a levantar la patita.

Las notificaciones en el escritorio de tu ordenador, o en tu teléfono, los globos, los sonidos, las campanitas y los mensajes nuevos refuerzan el comportamiento que te perpetúa en la adición y en la inmediatez. Eso es peligroso. Queremos todo ya, pero hay cosas que no puedes forzar, hay logros que solamente alcanzarás con paciencia y tenacidad.

Ese es el camino de la maestría, ese es el camino del trader.

Domínate a ti mismo porque sin eso nada grande te será dado, y mientras tanto recuerda que si quieres tú serás trader.