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LOS 7 MANDAMIENTOS PARA EL ÉXITO EN EL TRADING

La primera idea es que el trader debe ser capaz de identificar objetivamente su ventaja en el mercado. Esto es, debe disponer de un proceso de análisis que le permita encontrar oportunidades en las que las probabilidades se decantan a su favor. Y Mark, insiste en que eso tiene que ser objetivo. No es suficiente que el operador tenga una “cierta idea” de lo que va a hacer, sino más bien una total claridad sobre lo que constituye una ventaja para él y lo que no. Pregúntate ¿dispones de una forma objetiva de identificar una ventaja? ¿Sabes en qué momento el mercado te está presentado una oportunidad que puedes aprovechar? ¿Sabes también en qué otros escenarios eso no es así, es decir, en qué momentos el precio “parece” que te ofrece una oportunidad, pero realmente no lo hace? Este punto es relevante porque muchos aspirantes a traders aprenden un concepto e intentan mecanizarlo en sus componentes mínimos: Esto es una divergencia, se dicen y por lo tanto hay un desequilibrio en las probabilidades que puedo aprovechar y bla, bla, y esto también es una divergencia, y esto también. No es tanto que aprendas un concepto, en este ejemplo a identificar una divergencia, sino más bien un concepto que, en determinado contexto te da una ventaja. Esto es una divergencia, y ha aparecido en una zona de máximos para el día, y dentro de la franja horaria de Londres, y el Dólar está bajista así que bla, bla. 

El segundo precepto es que el trader debe predefinir el riesgo de cada operación, esto es, antes de comprometerse con una entrada el trader ha identificado qué cantidad de su capital está dispuesto a perder para averiguar el resultado de la oportunidad que expotará. Él no sabe qué está por suceder, así que se hace participar con una cantidad tal que, en caso de un resultado negativo, le permita seguir participando una y otra vez. El trader no toma una operación improvisando el nivel de riesgo, y tampoco toma una operación con un riesgo y si la operación se mueve en su contra dilata sus stops y aumenta ese riesgo. Esa forma de proceder invalidará su ventaja, y acabaría con la relación entre riesgo y beneficio que está explotando. 

El tercer precepto en el que nos insiste Mark Douglas, es que el operador debe aceptar completamente el riesgo que asume o estar dispuesto a dejar pasar la oportunidad. Cuando se dispone a tomar una operación acepta la incertidumbre del resultado y por lo tanto que puede perder la totalidad de lo que arriesga. El trader no se embarca en la absurda fantasia de que sabe lo que está por suceder, sino más bien se mueve en un marco mental en el que se hace explotar una ventaja que se expresa en forma de una probabilidad. Se dice que determinado escenario le es favorable y a la vez abraza la realidad de que existe una probabilidad en su contra. Sabe que el resultado de una operación tomada de forma aislada es aleatorio, así que acepta la potencial pérdida antes de participar. Si no está dispuesto a aceptar esa incertidumbre está dispuesto a renunciar a esa oportunidad. Lo que no puede suceder es que el trader participe solamente cuando “cree que el resultado será positivo” sin aceptar el hecho de que puede perfectamente ser negativo. Esta aceptación es expresa en una operativa en la que el riesgo está predeterminado. Saltarse ese precepto se refleja en una operativa en la que el operador mueve los stops de protección en su contra si el precio no se mueve a su favor, o promedia a la baja para no aceptar la realidad de que el resultado puede ser negativo sin que eso hable de él o de su sistema. 

El cuarto precepto para un trading consistente es ser capaz de actuar sobre la ventaja que se explota sin dudas ni vacilaciones. Si la ventaja aparece en el mercado el trader actuará, no esperará confirmaciones, no pretenderá que está en disposición de adivinar el resultado, ni se hará creer que sabe lo que está por suceder. La primera de las creencias que nos sugiere Mark Douglas hemos dicho que era la de ser capaz de identificar una ventaja objetivamente. Ahí no caben dudas, o la ventaja está o no está, lo que no quiere decir que el resultado deba ser positivo. Ahora el autor no señala la importancia de actuar ante esa ventaja lo que es independiente del resultado de la operación anterior, o incluso de las tres o cuatro operaciones anteriores. Si la ventaja aparece el trader la aprovechará. ¿cuando vemos que el operador infringe ese precepto? Cuando tras una racha negativa se abstiene de tomar la siguiente oportunidad. Con su vacilación se queda fuera del mercado viendo desde la barrera qué hubiera sucedido. No pierde pero tampoco está en disposición de explotar su ventaja. Recuerda que las operaciones con un resultado negativo están computadas dentro de la ventaja que estamos explotando.

El quinto precepto es que el trader debe estar dispuesto a pagarse a sí mismo a medida que el mercado ofrece esa opción. Al aceptar que el mercado puede hacer cualquier cosa en cualquier momento, si hay dinero disponible lo tomará, lo que no es lo mismo que salir precipitadamente de una operación favorable con unos pocos ticks. Tampoco quiere decir ajustar el stop a BE a la primera de cambio y por miedo a perder, ni quiere decir ahogar la operación. El operador puede tomar parciales, puede proteger sus beneficios con trailing stops, o puede hacer una cobertura de su operativa. Pero según Mark Douglas es importante que el trader se pague. Un operador que no asegura sus beneficios puede estar actuando bajo el paradigma predictivo. Actúa como si supiera lo que está por suceder y menos preciando la posibilidad de que el precio se gire en su contra. Esto lo vemos cuando el operador entra en una operación favorable, el precio gira en su contra y es incapaz de cerrar esa operación en positivo. Ya ha visto 50 ticks a su favor, así que no está dispuesto a realizar una ganancia de una cantidad menor. Al final el precio le despierta de su fantasía con una pérdida: Recuerda que el mercado puede hacer cualquier cosa y que frecuentemente hará aquello que pueda infringir un mayor daño a un mayor número de participantes. 

El sexto precepto es que el operador debe estar dispuesto a supervisar continuamente la posibilidad de que cometa errores. Sabedor de su falibilidad está atento ante los posibles fallos en el desempeño de su trabajo. No se hace creer que es infalible, por más positivos que sean sus resultados. Permanece humilde y dispuesto a evaluar su desempeño. Es crítico con lo que hace y busca formas de perfeccionar el trabajo sobre sí mismo. Recuerda que las personas no sabemos lo que no sabemos. Uno podría estar repitiendo el mismo error una y otra vez sin ser consciente siquiera de que se está cometiendo. Hace falta un tipo especial de mirada para encontrar áreas de mejora.

Finalmente, y como colofón, el séptimo, el autor nos habla de la necesidad de comprender la validez absoluta de estos preceptos y por lo tanto debe estar dispuesto a no saltarselos nunca. Uno debe vivir siguiendo estas ideas y puede utilizarlas como benchmark para mejorar su desempeño. Pregúntate ¿hay alguno de estos preceptos que te haga más ruido? ¿alguno con el que discrepes? Podría ser interesante que observaste qué es lo que estas ideas despiertan en ti ¿Te resistes a definir objetivamente tu ventaja en el mercado? ¿Te resistes a predefinir el riesgo en cada operación? ¿Te resistes a tomar beneficios?

La resistencia está señalando posiblemente una área de trabajo que bien merece tu atención.