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Parecidos razonables entre el trading y el deporte

Desde un determinado punto de vista, el trading es único.

Operar en los mercados exige una combinación de conocimiento específico, habilidades de análisis, ejecutivas y de gestión, y una psicología muy especial.

Sin embargo, desde otro punto de vista, el trading se parece mucho a otras cosas, sobre todo, al determinados deportes.

Por ejemplo, el trading se parece al boxeo porque en ambas actividades vas a recibir antes de ganar. No es razonable pensar que entrarás al ring y saldrás vencedor sin recibir cierto castigo. Por más entrenado que estés, por mejores combinaciones, fondo, velocidad, potencia y precisión, aún si vences a tu oponente lo más probable es que también recibas golpes, y es lo mismo que pasará si haces trading y ganas de forma consistente: también en ese caso tomarás operaciones perdedoras. Pero así es el trading y así es el boxeo. No se trata de no recibir ningún golpe, eso es muy improbable como boxeador, sino de recibir los menos golpes posibles, minimizar su impacto, esquivar los más que puedas, y aprender a vivir con ello. Y como trader debes hacer lo mismo: un número reducido de operaciones perdedoras, con una cantidad que controlas y que no debe dejarte KO.

El trading se parece al ajedrez porque tanto unos como otros deben explotar los puntos débiles de sus oponentes. Cada vez que tu oponente mueve la cadena de peones crea debilidades que debes ser capaz de interpretar y aprovechar a tu favor. Los ajedrecistas pueden enrocarse para proteger a sus reyes, igual que tú como trader puedes poner el stop en BE para proteger tus ganancias. Y lo más relevante, desde mi punto de vista, lo que sí o sí hacen todos los jugadores de ajedrez profesionales: analizar las partidas después de los torneos. Los oponentes olvidan sus diferencias y estudian juntos las distintas fases del juego, señalan puntos débiles, oportunidades, opciones, y de esta manera se enriquecen los unos a los otros y por ende al resto de la comunidad. Y tu como trader deberías hacer lo mismo: tras cada sesión de trading deberías analizar qué has hecho, que ha hecho el precio, que esperabas que hiciera, cómo se han desarrollado tus hipótesis, qué tal has ejecutado, qué has hecho bien y podrías haber hecho mejor, qué has hecho que no deberías hacer.

El trading se parece a la natación en el sentido de que los nadadores intentan optimizar su esfuerzo y minimizar la resistencia que ofrecen sus cuerpos al agua. Buena parte de su trabajo en la piscina consiste en adoptar siempre la postura en la que sean más eficientes. Una forma muy sencilla de ver si están mejorando su eficacia es contar el número de brazadas que necesitan para cruzar cierta distancia y marcarse el objetivo de ir reduciendo ese número, pero eso no se deja al azar sino que se cuidan los distintos elementos técnicos que entran en juego. 

Por ejemplo, un nadador que quiera mejorar su crowl atenderá a su alineación, observará si su cabeza queda sumergida o por encima del agua, buscará que su ombligo apunte a la pared y no al fondo de la piscina, que el brazo que tiene extendido no se repliegue hasta que el brazo que viene no entre al agua, el brazo que viene seguirá idealmente una trayectoria cercana al cuerpo y con el codo levantado, ese brazo entrará al agua en determinado cuadrante, etc.

Trabajando cada uno de estos aspectos y mejorando esas piezas optimizará su forma y mejorará sus marcas, y tú como trader puedes hacer lo mismo: cada vez que estés frente a la pantalla deberías tener un objetivo de trabajo sobre ti mismo. No es solamente operar el mercado como no es solamente cruzar la piscina, es optimizar tu trabajo, ¿puedes lograr que las notas en tus gráficos sean más claras, más precisas, más informativas, más elegantes, siendo a la vez minimalistas? ¿puedes poner tu foco de atención en minimizar el drawdown de tus entradas y que el precio vaya en tu contra los menos ticks posibles? ¿puedes conseguir operaciones en las que obtengas mayores rentabilidades, menos entradas pero más rentables, menos días de trabajo pero iguales resultados? ¿puedes atender a las veces en las que pierdes tu foco y te distraes para reducir eso? 

El trading se parece al poker en el sentido de que ambos explotan ventajas probabilísticas. Un jugador de poker sabe cuando debe abstenerse y cuando debe ir a por todas, pero no basándose en sus corazonadas, intuiciones o sueños, sino en los números. Un buen jugador no es aquel que gana por azar, sino aquel que es capaz de sostener sus ganancias en base a la técnica, el que sabe cómo leer lo que las cartas están contando. E igualmente un buen operador, estará explotando una ventaja estadística. No adivina nada, no tiene intuiciones, ni utiliza la magia y los sueños, sino que aprende a leer lo que el mercado está contando y a operar en aquellos escenarios en los que tiene una ventaja, e igualmente es importante comprender que se abstendrá cuando no tenga esa ventaja. Si un jugador estima que ha perdido la ventaja asumirá la pérdida y se retirará, y lo mismo harás tú como trader: si estimas que el mercado ya no presenta un escenario que te favorezca asumirás la pérdida y aguardarás a una mejor oportunidad. No te casarás con una oportunidad, ni te dejarás atrapar por el sesgo del coste hundido, al contrario, te centraras en evaluar en cada momento si sigue teniendo sentido que aguantes la posición y si es preferible que la deshagas. Con una buena política de gestión del riesgo, haciendo apuestas muy pequeñas y manejando adecuadamente las pérdidas un buen jugador de poker saldrá victorioso, e igualmente un buen trader logrará resultados manejando su riesgo, minimizando sus pérdidas y maximizando sus ganancias.

El trading se parece al Baseball en el sentido de que, aunque la tentación sea hacer homeruns, lo que te permitirá ganar será el hecho de trabajar bien y de sostener tus puntuaciones. Si, de vez en cuando lograrás que la bola salga del campo, y también como trader lograrás de vez en cuando operaciones con retornos fabulosos, pero no deberías plantear tu juego con ese objetivo sino con la idea de ser regular, igual que, como trader, deberías sostener tu operativa con disciplina y visión a medio plazo. En vez de buscar una sola operación que salve tu semana, o tu mes, deberías trabajar en que el conjunto de tus operaciones estuviesen bien planteadas, en escenarios adecuados, con una buena gestión, sabiendo que si haces eso los resultados llegarán.

El trading se parece a la escalada porque tanto los escaladores como los traders, asumen riesgos, y trabajan para minimizar esos riesgos. Un escalador cuenta con su equipo, y con su técnica, y hará bien en utilizar un seguro y un arnés, así como el trader hará bien en operar con un stop en su sitio. Por más confianza que tenga si el escalador ataca la pared sin seguro se arriesga a que un solo error acabe con su futuro. Y lo mismo le pasará a un trader que, nublado por su confianza y en un alarde de arrogancia opere sin seguro. Tal vez logre sobrevivir alguna que otra vez, pero con un solo error terminará fuera de juego. 

El trading se parece a las Artes Marciales Mixtas en un aspecto fundamental: la realidad se impondrá en ambos casos. Puedes estar toda tu vida entrenado en un estilo marcial que no tenga contacto real pensado que tus habilidades y tus opciones son unas. Pero si entras en la jaula descubrirás rápidamente tu nivel real de desarrollo. Hasta ese momento puedes haberte hecho creer que tus patadas voladora te servirían para alejar a tus potenciales oponentes, o tal vez que tu juego de piernas te permitiría evitar un agarre y un derribo, y tal vez sea así, o tal vez sea algo muy distinto. Cuando entres en la jaula lo averiguarás, sin duda alguna, y podrás abrir los ojos si es necesario, pasar del mundo de los sueños y el pensamiento mágico, al mundo real. Y como trader es igual: no importa lo que creas saber sobre los mercados, sobre el análisis técnico y sobre los indicadores, tú operativa en real refleja tu nivel real de desarrollo y será un baño de realidad.

A los que hemos hecho del trading nuestra pasión pero seguimos amando también otras actividades este tipo de reflexiones, paralelismos y parecidos razonables pueden servirnos de inspiración.

Al final debes recordar que, así como haces una cosa las haces todas.