fbpx Perder por tener miedo a perder | Trading de Futuros Pasar al contenido principal

Perder por tener miedo a perder

Perder por tener miedo a perder

Hay dos temores fundamentales que comparten la mayoría de traders: el miedo a no tener la razón y el miedo a perder dinero. Estos temores se retroalimentan en una suerte de danza que destroza sus cuentas, veamos cómo.

Por un lado el trader no quiere equivocarse, para la mayoría de operadores acertar en lo que hacen es importante o muy importante. Ellos han realizado un análisis exhaustivo, han ponderado la información, la han valorado y han establecido escenarios, y, finalmente, contextualizando esa información están dispuestos a tomar una decisión: van a vender determinado mercado.

Ahora bien, ¿hasta donde pueden tener certeza respecto de su predicción? El mercado puede responder tal cual indica su análisis o puede hacerlo de una forma completamente distinta. En un caso ganarán dinero y en el otro lo perderán. ¿No es lógico pues que su deseo sea estar en lo cierto? Si se equivocan perderán dinero, ¿no? Y perder dinero, es algo que también temen. No operan para perder dinero. No quieren perder dinero.

Equivocarse y perder dinero son dos temores que van de la mano: el uno refuerza al otro.

Imagina que has identificado un mercado creando un rango. El precio se dirige a la parte alta de ese rango y tu sistema te indica que lo más adecuado es vender. En la parte alta del rango puedes gestionar tu riesgo con mucha claridad: si el precio en vez de caer rompe el alto del rango y sigue su movimiento alcista tu hipótesis quedará invalidada y deberás salir, en cambio si el precio retrocede acorde a lo que tu análisis predice tienes recorrido hasta el otro extremo del rango lo que te da una relación entre el riesgo potencial y el beneficio de 1 a 4. Sabes que te conviene participar en escenarios como este: riesgo claramente definido, potencial de ganancia claramente favorable, estructura bien definida y sin ambigüedades, contexto favorable.

Abres tus cortos y procedes a situar tus ordenes de stop por encima del rango. Si el precio llega a ese nivel la hipótesis que has establecido quedará invalidada y deberás asumir una pérdida.

Ahora bien, si eres un operador que no quiere equivocarse, que busca tener razón, es muy probable que tu mente te haga el siguiente truco, que tú deberías conocer y anticipar: Esperas que el precio caiga, eso confirmaría tu hipótesis, te daría la razón y te permitiría ganar dinero. Imagina que el precio, una vez estás dentro del mercado, en vez de caer comienza a jugar con la parte alta del rango, no cae, pero tampoco la perfora al alza. Tú quieres que caiga, porque eso validaría tu trabajo, pero no cae. Un momento más tarde, el precio perfora la resistencia y comienza a moverse en tu contra, no lo hace con velocidad, si no lentamente, unos ticks arriba y unos ticks abajo, otros ticks arriba y nuevamente abajo. Podrías notar como aumenta tu carga emocional si no fuera que estás tan comprometido con tu inversión, que solamente tienes ojos para observar cada tick que hace el precip. Pero tu mente, que te mantiene observando las oscilaciones del precio, va a distorsionar tu percepción. Tú quieres que el precio baje, así que cada pequeño movimiento a la baja tiene una importancia “muy grande”. Una importancia que das tú, una importancia asociada a la idea de que ese movimiento favorece tus objetivos. Y lo contrario, cada movimiento al alza, en contra de tus posiciones, es menospreciado,  no quieres que suceda y, de hecho, puede ser que lo “niegues”, que mentalmente le des menos importancia de la que tiene. Un movimiento al alza niega tu análisis, te quita la “razón” y te hace perder dinero.

Pero tu no quieres ni equivocarte, ni perder dinero,  así que sigues en esa trampa mental en la que “ves”, literalmente “ves”, los pequeños movimientos a tu favor como más importantes de lo que son en realidad, y los que van en tu contra como “menos importantes”.

Imagina que el precio sigue arañando ticks al alza, tú sabes en qué nivel están tus stops y sabes que si el precio llega a ese nivel deberás asumir una pérdida, pero has hecho un buen análisis, el precio “debe” caer, está en la parte alta de un rango que ha sido validado y lo más probable es que termine regresando a los bajos del rango. Y mientras ves el precio acercarse a tus stops, sin saber exactamente cómo, te descubres moviendo esas órdenes: tu mano, en un movimiento casi inconsciente, ha apartado esas órdenes de stop y las ha alejado un poco. Ahora, tu diálogo interno justifica tu comportamiento, si el precio toca tus órdenes y luego cae tu habrás salido con una pérdida para ver después como el precio hace lo que tu análisis indica que hará y no quieres aceptar eso. Tu análisis es correcto así que te parece más razonable “dilatar” ligeramente tus stops, que dejar que el precio te barra.

En ese momento, hay dos ideas contrapuestas en tu mente. En un cierto nivel, sabes que tus stops son la forma como te defiendes ante la incertidumbre del mercado, son tu póliza de seguros y juegan a tu favor, por otro lado, no quieres perder, en un cierto nivel sabes que debes dejarlos donde los pusiste, pues ese es el lugar que establece tu sistema para gestionar el riesgo en tu operativa, pero, por otro lado,  no soportas la idea de que el precio te barra y luego haga lo que tú anticipaste. En un cierto nivel, sabes que debes dejar que el precio toque los stops, en otro nivel, no quieres 

Estas dos ideas luchan entre sí y generan disonancia cognitiva, así que tu mente, para permitir que convivan y paliar la activación emocional que eso te produce, genera argumentos a favor de tu decisión, sea cual sea esa decisión.

Si decides tocar tus stops tu mente fabricará una justificación: El precio está en la parte alta del rango, el rango ha estado validado, la falta de volumen en los movimientos ascendentes señala falta de interés comprador, has visto varias velas cerrando lejos de máximos, el contexto favorece un movimiento a la baja. Los profesionales podrían hacer un nuevo máximo para ir a “cazar” tus stops y generar ahí liquidez que les permitiera aumentar sus cortos y sería absurdo dejar que robaran tus stops si más. Es mejor apartarlos ligeramente, solo un poco…

Por otro lado, tu mente seguirá distorsionando tu percepción de la acción del precio porque en ese punto ya estás emocionalmente comprometido: cada pequeño movimiento a la baja renovará tu esperanza y cada movimiento al alza será menospreciado.

Ahora, el precio sigue aumentando y tú ves como tu mano mueve tu ratón y dilata un poco más los stops. Ahora ya no puedes dejar que el precio los toque, el movimiento en contra de tus posiciones es demasiado grande y la pérdida en la que incurrirías demasiado costosa. Estás convencido de que ahora el precio está a punto de girar y, en este momento, sí que sería absurdo salir con una pérdida. Tu análisis es correcto, el precio se moverá a la baja antes o después, ¿para qué dejar que salten tus stops y perder dinero si puedes aguantar un poco más?

La batalla que libras es entre dos miedos: el miedo a equivocarte y el miedo a perder dinero. Recuérdalo. Si tu mayor temor es equivocarte, si lo que más temes es no tener razón, te quedarás dentro de esa posición y seguirás dilatando tus stops. Tu mente te está convenciendo de que tienes razón, de que tu análisis es correcto. 

Pero abre los ojos. Tu análisis puede haber sido todo lo correcto que un análisis puede ser y eso no implica que el mercado vaya a hacer lo que tu análisis indica. Un análisis es solamente eso, un análisis: una valoración en forma de una distribución de probabilidades. Tu análisis puede ser perfecto pero el mercado puede hacer cualquier cosa en cualquier momento- El movimiento del precio es fruto de las interacciones que hacen los participantes que forman ese mercado, no es fruto de tu análisis.

Pero tu mente no te lo dejará ver si tienes miedo a estar equivocado. Tu mente dispondrá la información de manera distorsionada y tú seguirás creyendo que tienes razón, no porque la tengas, si no porque los elementos de juicio, que estarás valorando, serán solamente aquellos que favorezcan tus intenciones.

Si estás convencido de que el mercado irá a la baja, y no soportas la idea de equivocarte, tu mente te ayudará centrando tu foco de atención en aquellos elementos informativos que favorecen tu juicio, y dejarás de ver lo que va en contra de tus opiniones. El rango estaba validado, pero el precio está cerrando bastante por encima de ese nivel de validación (eso no lo quieres ver). El precio ha hecho cierres bajistas en varias velas, pero cada una de esas velas presentaba un máximo ascendente, y un mínimo ascendente (eso no lo quieres ver). El volumen no aumenta en los movimientos ascendentes pero tampoco lo hace en los descendentes (y eso tampoco lo quieres ver).

Tu mente te está ayudando a ver lo que quieres ver. Has perdido la objetividad y ya no estás con la acción del precio. Has desconectado de la realidad para sintonizar una emisora, que valida tus opiniones.

Lo que sucederá, mientras tu miedo a equivocarte sea mayor que tu miedo a perder dinero, es que irás dilatando tus stops y, si el precio sigue su movimiento ascendente, llegará un punto en el que se invertirán las tornas y tu miedo a perder será mayor  a tu miedo a equivocarte. Llegado a ese punto, el cálculo de lo que vas a perder arroja una cifra tan aterradora que supera tu deseo de tener razón y, entonces, aceptarás la pérdida, saldrás del mercado y te darás cuenta de lo absurdo que ha sido tu comportamiento. Ese es el punto de rotura, el punto en el que la pérdida es tan grande que pesa más que tu deseo de tener razón.

Con la pérdida en tu cuenta, con el corazón dolido y tu autoimagen vapuleada podrás ver con objetividad la información que siempre ha estado delante de tus ojos, pero que había permanecido invisible para ti. El precio hace mucho tiempo que está en tendencia alcista, el rango hace mucho tiempo que ha quedado invalidado,  y lo que has hecho está mal. Tenías que haber dejado tus stops en el lugar que habías establecido por adelantado, al fin y al cabo, eso es lo que establece tu sistema. Sabes perfectamente que esa es la forma adecuada de operar y sabes que no es la primera vez que cometes, exactamente, el mismo error.

Nadie quiere perder dinero y nadie quiere equivocarse, pero, como trader, no puedes basar tu operativa en necesidades de tipo psicológico. No puedes operar si tienes la cabeza mal amueblada. No estás en condiciones de hacer trading si no te has librado de esos obstáculos.

¿Qué más da el sistema que utilices? ¿Crees que lo hubieras hecho mejor con otro sistema? ¿Crees que otro sistema te hubiera mantenido fuera del mercado? El problema no está en el sistema, si no en tu cabeza.

Tal vez el trading no sea para ti. Tal vez debas recapacitar. Dime: ¿cuanto más dolor estás dispuesto a soportar?, ¿sigues empeñado en tener razón?, ¿no acabas de ver, justamente, que es ese deseo irracional de no equivocarte es lo que está interfiriendo en tus posibilidades de éxito?

El tú que no quiere equivocarse no tiene ninguna posibilidad de éxito en una actividad basada en la incertidumbre.  Eso no implica que no puedas hacer trading, implica que debes transformarte antes de hacer trading. Debes resolver el conflicto interno que tienes para no ser tú el obstáculo que impida tu éxito.

Nos vemos en el mercado,