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Una decisión cada día

Una decisión cada día

Empecemos por la idea equivocada de que, ser consistente, es algo que se consigue después de mucho esfuerzo y que, una vez ganado se queda con nosotros. Nada más lejos de la realidad. La consistencia no es un título. Nadie te hará pasar unas oposiciones y si consigues la nota te otorgará la consistencia. No podrás decir que, como te has esforzado y has logrado X ahora serás consistente.

Ni es un título, ni es algo que vaya a quedarse contigo a menos que decidas, cada día, y día a día, que eso sea así.

No es un título en el sentido ontológico de un título. Has pasado tus exámenes y ahora eres psicólogo, abogado, arquitecto ¿Y antes del examen qué eras? ¿Tu título te define como persona? ¿O más bien se trata del reconocimiento de un esfuerzo?

Ser consistente es una decisión que debes tomar cada día y todos los días. Nadie te dará permiso para ser consistente como tampoco te impedirá serlo. Eso es cosa tuya.

Tampoco se trata de llegar a determinado lugar, no es un lugar. No se trata de esforzarte aprendiendo determinado programa, sistema, indicado, o método, y con eso llegar a la consistencia. No es un lugar al que vayas a llegar a través de tu esfuerzo. Si fuese tan sencillo habría muchos más traders consistentes, ya que traders que es esfuerzan hay muchos.

Se trata más bien de una decisión que debes tomar cada día y todos los días.

Un trader consistente es un operador que es capaz de ganar al mercado a voluntad. Un operador que elige un procedimiento, que le permite ganar, y que lo aplica de manera tal que gana. Elige el procedimiento, y lo aplica de la forma correcta. La elección del procedimiento es necesaria porque hay miles de formas de ganar al mercado, y lo aplica de la única forma como ese procedimiento específico que elige, debe ser aplicado.

Eso quiere decir que no cambia el procedimiento, no improvisa, no lo altera, no se salta sus reglas, no inventa, no añade, ni quita. Quiere decir que cuando toma la decisión sobre un procedimiento en concreto se ciñe a las reglas que lo forman.

Para poder hacer eso debe, en primer lugar, debe dejar su condicionamiento en la puerta. El operador lleva toda la vida haciendo las cosas a su manera y cree que los éxitos que ha conseguido, se han debido a las decisiones que ha tomado, así que es fácil que crea que puede mejorar el procedimiento, y eso es un movimiento de su condicionamiento. No quiere perder, no quiere sufrir, quiere controlar, predecir y dominar, y en cambio, para ser consistente debe rendirse cuanto antes mejor, al hecho de que no está ahí la clave de su éxito. Que una vez hecha la elección del sistema su foco de atención debe pasar, del sistema a sí mismo, del procedimiento a su condicionamiento.

De esta manera estará en condiciones de desactivar los mecanismos de defensa que lleva de serie y de abrazar la naturaleza probabilística de esta actividad. Podrá dejar a un lado la búsqueda neurótica de control y aceptar la incertidumbre, y sentirse cómodo en ella.

Si decide recorrer ese camino obtendrá el potencial del sistema. Si aplica el procedimiento de la forma adecuada ganará, y esa es la segunda parte del juego. Hemos dicho que un trader consistente era alguien que ganaba a voluntad, y que lo que hacía era elegir un procedimiento y aplicarlo de forma correcta. Ya hemos hablado de la elección, hablemos ahora de la aplicación.

El sistema, cualquier sistema, lleva asociada una probabilidad. Pero esa probabilidad solamente puede expresarse si el sistema se ejecuta en la forma específica que establece el propio sistema. Si operamos una rotura en la volatilidad, por ejemplo, y los parámetros que nos dan una ventaja son Y y X, debemos ejecutar conforme a esos parámetros. Ni añadimos la Z, ni quitamos la X, ni transformamos la Y en una T.

Decidir qué sistema estás operando y de qué forma lo estás operando es algo que debes hacer cada día y todos los días.

Si cambias de sistema empiezas de nuevo en la casilla de salida, y llevas el gorro de novato. Cero experiencia en ese nuevo sistema, lo que implica que tu capacidad para hacer distinciones sutiles sobre el mercado cae en picado. Si te mantienes ejecutando el mismo sistema ganas experiencia y refinas tu capacidad de emitir juicios.

Pero si mantienes el sistema y cambias la forma como lo operas, tampoco puedes retener los resultados asociados al sistema. Esos resultados, esas ganancias, ese potencial, solamente lo puedes extraer si decides, y la palabra clave es “decidir” ejecutarlo acorde a los parámetros para los que ha sido diseñado.

Ser consistente no es algo que vayas a conseguir con esfuerzo, porque si te esfuerzas en la dirección equivocada, de nada te servirá. Es más bien la consecuencia lógica de decidir cada día a favor de tu mejor interés: este es mi procedimiento, y lo ejecuto como debo. Y hoy nuevamente decido que este es mi procedimiento y que lo ejecuto como debo. Y hoy nuevamente. Cada día y todos los días.

Si llevas un mes decidiendo a favor de tu mejor interés y comienzas a conseguir el tipo de resultado que te es posible conseguir dado el sistema que explotas, y aumentas tus posiciones, y haces crecer tu cuenta, y dejas de decidir a favor de tu mejor interés, dejas de ser consistente. Si decides que puedes cambiar el sistema, anadir la W, la O y la R, y quitar la X, dejas de ser consistente. Si decides aplicar el sistema de forma improvisada, o en respuesta a determinada tensión emocional, dejas de ser consistente.

Tienes que decir cada día y todos los días.

Y cuando comprendes eso, cuando realizas el hecho de que la consistencia no es un lugar, si no un camino, no es un destino, si no el proceso mismo que te permite avanzar, dejas de luchar en contra de ti para convertirte en el artífice de tu propio éxito. Dejas de poner palos en tus ruedas y de atraparte en tus propias jaulas, para convertir tu operativa en algo sencillo, sin esfuerzo, sin lucha.

Pero debes decidir, debes darte cuenta de que eres tú el único que tiene el poder de privarte de la consistencia o de hacerte consistente.

Tus decisiones dan forma a tus resultados.

Una decisión cada día y todos los días.