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Adivinar qué hará el precio

Adivinar qué hará el precio

El primer elemento es sencillo: debes participar en aquellos escenarios en los que las probabilidades de tu lado, y eso lo haces porque comprendes que no necesitas predecir lo que hará el precio y te libras de esa trampa de un plumazo.

El segundo elemento es mucho más complejo: puedes “hacerte creer que has comprendido la necesidad de explotar una ventaja” y seguir operando desde una mente predictiva. No puedes hacer eso y ganar de forma consistente así que, buenas noticias: si estás atrapado ahí debes reconocerlo y superarlo.

Pero ¿por qué debemos aseguramos de estar participando con una ventaja a nuestro favor? La idea que persigues es sencilla: si participas en la dirección más probable y gestionas adecuadamente el riesgo, tarde o temprano las probabilidades se pondrá a tu lado y terminarás ganando.

Demos primero un paso atrás y asegurémonos conceptualmente de qué estamos en la misma página respondiendo a esta pregunta ¿Por qué no nos centramos en adivinar qué hará el precio?

Si no es obvio para ti presta atención porque esto puede estar bloqueando tu progreso: Imagina que quieres adivinar el resultado en el lanzamiento de una moneda que tienes en tu bolsillo. Si la sacas y la lanzas al aire, ¿saldrá cara o saldrá cruz? ¿Entiendes que cualquier predicción que hagas será insostenible y puramente aleatoria? 

Ahora imagina también que te dedicas a esa labor: buscar un sistema que te permita adivinar lo que pasará en el mercado antes de que pase. El horizonte causal aún no ha sucedido, la onda cuántica aún no ha colapsado, y todo lo que podemos saber sobre el futuro lo debemos acotar a un mar de probabilidades.

En el ejemplo de la moneda podemos establecer que hay determinada probabilidad de que salga cara y determinada probabilidad de que salga cruz. Haz el experimento: lanza una moneda 1000 veces y anota el resultado. Verás que la mitad de los lanzamientos son cara y la otra mitad cruz.

La probabilidad es del 50% para ambos escenarios, pero ojo, saber eso no tiene NADA que ver con adivinar si en el siguiente lanzamiento tendrás una cara o una cruz. Eso simplemente es aleatorio.

Si lanzas tres veces y obtienes tres caras, ¿qué probabilidad hay de que el cuarto lanzamiento sea cara? ¿Aumenta? ¿Disminuye? ¿Es más probable que salga cruz porque ya han salido tres caras? ¿Es más probable que la tendencia continúe y salga otra cara? O en realidad la moneda “no tiene memoria” y por lo tanto cada lanzamiento es independiente del anterior?

Otra cosa es calcular la probabilidad de obtener cuatro caras seguidas, que es un dato que podemos saber, pero comprende con claridad extrema que el resultado del siguiente lanzamiento es independiente del anterior y por lo tanto impredecible más allá de una probabilidad.

Comprende eso porque lo necesitas como operador. Tienes que tatuarlo en el interior de tus párpados.

Ahora imagina que participas en un juego en el que cada vez que sale cara ganas 100$ y cada vez que sale cruz pierdes 50$. ¿Te interesa ese juego? Cada vez que ganas logras el doble de lo que arriesgas. Es un juego con esperanza matemática positiva, un juego en el que, a la larga vas a ganar, siempre que gestiones adecuadamente tu riesgo.

¿Ves el cambio en el enfoque? En este supuesto ya no estás interesado en adivinar el futuro, simplemente en encontrar un sistema que te de el doble de lo que arriesgas. Lograr eso no es necesariamente fácil pero es posible. En cambio encontrar una forma de predecir el futuro es un absurdo.

Pero con un sistema que tenga esperanza matemática positiva aún no estás a salvo: tienes que gestionar adecuadamente el riesgo para no arruinarte.

Imagina que partes de 1000$ y realizas tu apuesta: si lanzo una moneda y sale cara ganas obtendrás el doble de lo que apuestes y si sale cruz pierdes lo apostado. ¿Cuánto apuestas?

Tienes las probabilidades a tu favor, pero debes manejar el riesgo para dejar que las probabilidades del sistema se expresen a tu favor.

Si arriesgas demasiado puedes perderlo todo, aun cuando tu sistema sea positivo.

Imagina que arriesgas los 1000$ y sale cara: habrás doblado tu dinero, tendrás 2000$. Pero ¿y si sale cruz? Lo habrás perdido todo. El riesgo de que salga cruz es de un 50% así que te cortas un poco y renuncias a apostarlo todo. ¿Cuánto apuestas? ¿500$? Si sale cruz habrás perdido pero te quedarán otros 500$ para seguir apostando ¿verdad? Pero si la siguiente apuesta es de la misma cantidad igualmente te enfrentarás a una probabilidad de un 50% de perderlo todo.

Si lanzas una moneda al aire 20 veces esperas obtener 10 caras y 10 cruces, pero no sabes en qué orden saldrán. Puedes encontrarte con que salen 5 o más caras seguidas. Si participas en un sistema con esperanza matemática positiva pero arriesgas demasiado y te enfrentas a una serie de operaciones perdedoras consecutivas puedes arruinarte ANTES de que el sistema se mueva a tu favor. ¿Lo ves?

Resumiendo: arriesga tan poco que te asegures de que la probabilidad de arruinarte se reduce a cero. Eso, en términos prácticos quiere decir que no debes tomar posiciones con un riesgo superior a un 2% de tu capital.

Vale, ya hemos hecho una reflexión sobre librarse de la necesidad de predecir el futuro, y hemos visto que es fundamental gestionar el riesgo. 

Ahora que estamos en la misma página retomemos el segundo elemento: puedes “hacerte creer que has comprendido la necesidad de explotar una ventaja” y seguir operando desde una mente predictiva.

Lo veo tan a menudo que me da coraje no poder gritar con un altavoz más grande. Si comprendes que no debes predecir el precio debes actuar acorde a este conocimiento. Pero en cambio es muy habitual que los traders minoristas se atrapen en conductas que expresan la búsqueda de predicciones. No adivinas por qué, no puedes ni es necesario, pero no basta con que digas que lo comprender, debes vivirlo. Si dices que ya has entendido que tu trading debe basarse en explotar una ventaja tu operativa debe reflejar eso, pero lo que yo veo son demasiados traders que dicen eso y hacen lo contrario.

Con una mano dicen que su sistema se basa en las probabilidades, con la otra mano hacen movimientos predictivos.

Si apartas tu stop estás prediciendo.
Si buscas la confirmación del precio estás prediciendo.

Si respondes de forma emocional a los movimientos del precio estás prediciendo.

Si te frustras o te enfadas cada vez que pierdes una operación estás prediciendo.
Si estás eufórico cuando tu operación llega al objetivo estás prediciendo.

Y si predices pones el foco de atención en un lugar en el que no debes estar. Tu foco tiene que permanecer en la ejecución de un sistema que te da una ventaja. Es el sistema el que te llenará el bolsillo no tú. No tienes que hacer ninguna predicción sobre lo que sucederá solamente ejecutar de manera fiel, gestionar el riesgo para evitar que una racha en contra te arruine y relajarte.

Tu foco debe estar puesto en seguir el proceso de tu sistema: paso 1, paso 2, paso 3, condición 1, condición 2, condición 3. Haces A, haces B, haces C. No es más complicado que eso, no es más emocional que eso, no es más difícil que eso.

Imagina que tienes un dado lastrado, un dado en el que una de sus caras pesa más que las otras y por lo tanto un dado que hará que salga esa cara por encima de las demás. No es que salga siempre esa cara, es que la probabilidad de que salga aumentará. Si juegas con ese dado y apuestas a esa cara tendrás una clara ventaja sobre otros jugadores, simplemente irás a favor de la cara más probable, pero en realidad tú no harás nada. El dado hará lo que deba hacer y  las probabilidades, en una serie suficientemente grande de lanzamientos terminará expresándose. Comprende no obstante que no hay esfuerzo por tu parte, que por más que mires el dado, por más que muevas el cubilete de determinada manera antes de lanzarlo, o por más que le reces a los Dioses, el dado hará lo que deba hacer no tú. Tú no causas que la probabilidad aparezca, lo que haces está separado del resultado, no lo genera ni lo influencia.

Igual que tú no haces que el mercado se desarrolle en determinada dirección, tu no te esfuerzas para que suceda nada en el mercado, el mercado fluye estés en él o no. Y tu trabajo se limita a asegurarte de que estás en la dirección en la que fluye y no en su contra. Y que si estás en su contra sales con el menor coste posible. Pero ¿cómo de esforzado es eso?

Si lanzas una moneda que te da a ganar dos veces lo que apuestas ¿qué esfuerzo debes hacer para ganar? Ninguno. Nada. No tienes más que gestionar tu capital y el sistema te hará ganar dinero. Tu trabajo consiste en evitar la ruina. No haces nada con tu mente para que salga cara o cruz, no haces ningún trabajo sobre la predicción siguiente, cada lanzamiento tiene asociado un resultado aleatorio con una probabilidad de un 50% eso es todo lo que necesitas para liberarte.

De ahí que sea tan importante agrupar tus resultados en series. Puedes perder una operación aislada pero si participas con la probabilidad a tu favor ganarás todas las series que tomes. 

Da igual que una operación cualquiera sea perdedora, tu estás ganando aun en ese caso porque sabes que tienes que tomar operaciones perdedoras porque tu sistema asocia una probabilidad a ese hecho. Eso va a suceder. Pero cada vez que pierdes estás ganando.

Pero entonces ¿por qué te entretienes prediciendo? Por un lado porque a tu mente le gusta el control y quiere ejercer algún tipo de influencia en el resultado. Ya hemos visto que eso es innecesarios y erróneo. Y por otro lado porqué no has comprendido.

¿Qué consecuencias tiene eso para ti? Si tu comportamiento refleja el intento de predecir, no actuarás a favor de tu mejor interés, no participarás cada vez que tengas la probabilidad a tu favor, sino cada vez que creas que sabes lo que sucederá. Si no estás seguro te esperarás hasta tener esa seguridad, cuando la tengas y participes no gestionarás adecuadamente el riesgo a te sobreapalancarás porque crees que sabes lo que sucederá, te haces creer que puedes controlar el resultado, que esta vez si, que esta entrada es tan evidente que no puede fallar, y fallará, claro que fallará. Es un enfoque erróneo. Si sigues con la mente predictiva buscarás un sistema que te no tenga operaciones perdedoras, con lo que te perderás persiguiendo un señuelo, no está ahí la clave de la consistencia. Cada vez que pierdas te sentirás mal porque no aceptarás que no puedes predecir.

A nadie le gusta perder, pero perder forma parte del trading y por eso lo que hacemos es protegernos de esas pérdidas, acotar y gestionar nuestro riesgo desde la aceptación de que eso va a suceder. No está en nuestra mano controlar lo que hará el precio, como no controlamos lo que hará una moneda o un dado. 

Pero debes librarte de esa trampa si quieres progresar. Debes conseguir que tu mente acepte la realidad como lo que es: un mar de probabilidades.

Ahora bien, en ese mar hay asimetrías. No todos los escenarios son iguales. Hay determinados momentos en los que las probabilidades se desequilibran de forma evidente y es en esos escenarios en los que queremos participar. ¿Pero cómo vamos a estar por esa labor si seguimos atrapados en el espejismo de la predicción?

Eso es lo que vas a hacer: Uno, vas a resetear tu mente para que deje de intentar adivinar el futuro y se centre en el proceso y no en el control, y dos, vas a asegurarte de que tu sistema pone las probabilidades a tu favor.

Mientras tanto recuerda que si quieres, tú serás trader.