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El eslabón más débil del trader

El eslabón más débil del trader

Imagina una cadena formada por varios eslabones hechos cada uno de un material diferente: uno de acero, otro de titanio, otro de hierro, otro de cobre, otro de plomo. La tensión que puede soportar esa cadena depende de su eslabón más débil, ¿verdad? No importa lo fuerte que sea uno de esos eslabones porque se romperá siempre por aquel que sea más débil. Si toda la cadena es de titanio, pero uno de sus eslabones es de plomo, se romperá por ahí sin importar los demás eslabones. Ese único eslabón determina la fortaleza total de la cadena y con el trading pasa exactamente lo mismo.

Hay un conjunto variado de eslabones que, como en una cadena, se ensartan los unos con los otros y al final, el resultado que consigues en el mercado, depende del más débil de ellos. Miremos por ejemplo cuatro de estos eslabones: la habilidad de análisis técnico, que se encarga de identificar oportunidades de inversión que te dan una ventaja estadística; la gestión del riesgo que se encarga de determinar el capital máximo que podía arriesgar para aprovechar las oportunidades sin incurrir en riesgo de ruina; la habilidad ejecutiva, que es responsable de aprovechar la oportunidad comprometiendo tu capital en el momento adecuado; y la gestión de tu respuesta emocional, que se encarga de mantener tus emociones sin que traspasen ciertos parámetros de activación para que no interfieran en tu capacidad ejecutiva.

Si estos son los eslabones de los que dependen tus resultados como trader, tienes que ver cómo, en el fondo, es la habilidad menos desarrollada la que determina los resultados más grandes que puedes conseguir. Esto es así porque no importa cómo de bien estén desarrolladas las otras habilidades, no pueden suplir ni sobre compensar la habilidad más débil del conjunto.

La mayoría de traders en su proceso de formación dedica su tiempo al desarrollo técnico: estudia libros, seminarios y vídeos, sobre cómo analizar el mercado, cómo encontrar buenos set-ups, cómo identificar el punto en el que aparece una ventana de oportunidad, qué indicadores puede utilizar para ello, qué sistemas técnicos le dan una ventaja, etc.  Por lo demás, es el área sobre la que más se ha escrito y es fácil encontrar información y además hay métodos interesantísimos con indicadores de colores y sistemas muy sofisticados pero, ¿qué hay de las otras áreas? ¿de los otros eslabones?

La gestión del riesgo, que determina nivel máximo de riesgo que se puede asumir por operación en función de la cuenta que uno tiene, no es igual de fascinante ni tiene el mismo glamour. Hay unos elementos que la limitan mucho: el tamaño de la cuenta, la relación entre el riesgo y el beneficio, y el porcentaje de operaciones ganadoras del sistema. De la conjunción de estos parámetros sale un número, que una vez el trader conoce, debe respetar.

La habilidad ejecutiva es la responsable de aplicar la capacidad de análisis y la de gestión del riesgo. Determina en qué punto específico hay que entrar, en qué punto hay que disponer las órdenes de stop y en qué puntos tomar beneficios. Aquí aparece un reto capital. Mientras que los otros dos eslabones tienen que ver con el conocimiento, este tiene que ver con la ejecución del conocimiento. En los dos anteriores el trader sabe, y en este, hace. Y claro, una cosa es saber y otra es hacer; una cosa es leer sobre la natación otra es nadar. Para desarrollar esta habilidad, al trader no le basta con ver unos vídeos o leer unos libros, debe de tener un entorno que favorezca la aplicación práctica del conocimiento, y por tanto, el desarrollo sistemático de la habilidad, y la mayoría de programas de formación se centra sobre manera en la transferencia de conocimiento y descuida la aplicación práctica y sistemática de ese conocimiento.

Vamos a imaginar no obstante, que estamos ante un trader que ha desarrollado estos eslabones adecuadamente: sabe identificar oportunidades de inversión, que ponen las probabilidades a su favor, sabe qué cantidad máxima debe arriesgar y es capaz de determinar el punto exacto en el que debe hacerlo, pero no ha desarrollado de igual manera su capacidad de gestionar su respuesta emocional. Algo que por lo demás es muy habitual, ¿qué podemos esperar de sus resultados?

Ya sabemos que estos dependen de su eslabón más débil, que en este caso se trata de la gestión de sus emociones, ¿qué más entonces que pueda analizar el mercado adecuadamente, que sepa cuánto debe arriesgar y que haya sido capaz de encontrar los puntos específicos en los que participar? Si sus emociones se activan por encima de determinado umbral, no hará lo que sabe, dejará de ponderar adecuadamente los elementos informativos del precio porque estará ciego. A parte de la información, moverá el stop aumentando el riesgo que asume, saldrá antes de tiempo por miedo a perder, y no dejará que el mercado le dé el potencial que tiene disponible; o se lanzará una y otra vez para recuperar una operación perdedora; o entrará sin esperar que haya confirmación.

El eslabón de la gestión emocional afecta a la totalidad de sus resultados: no importa lo bueno que sea su sistema de trading si no lo respeta, no importa qué indicadores tiene ni lo que sabe sobre el mercado si no hace lo que debe de hacer. Empujado por la activación de sus emociones quedará fuera de juego y sus resultados serán pobres. Esto es algo muy habitual entre los traders, pero el problema no termina ahí, hay algo que lo hace todo mucho más enrevesado. Cuando el trader analiza sus pobres resultados, suele tender a buscar soluciones en el lugar equivocado. Es poco habitual que el trader vaya a trabajar en su capacidad de gestionar su respuesta emocional, porque entre otras cosas es un área compleja. De la misma forma que hemos dicho que el desarrollo técnico es relativamente abundante, hay muchos menos recursos respecto a la gestión emocional; y los que hay, suelen limitarse a señalar lo importante que es ese aspecto sin dar unas directrices claras que permitan recorrer el camino para instaurar el tipo de mente necesaria para operar en los mercados de forma profesional. Así que el trader compone resultados, refuerza algunos de los eslabones más fuertes que tiene: sesgo de facilidad.

Está más al alcance de su mano cambiar de sistema, aprender sobre otro conjunto de señales, comprar un paquete de indicadores, que identificar las creencias irracionales que pueden impulsar conductas de autodestrucción. Es más fácil cambiar de marco de representación y añadir un oscilador que llevar un diario emocional y trabajar cada día sobre aspectos tan soft como las creencias. Por esto decimos que no importa lo que hagas ni el empeño que le pongas, no importa el trabajo que le dediques ni tu voluntad. Si te dedicas a hacer lo equivocado, tus resultados no llegarán jamás, y por lo demás es relativamente sencillo saber si estás haciendo lo correcto o lo equivocado porque tienes un amigo que no miente jamás: tu cuenta. Ella se encarga de hablarte con total sinceridad, seguramente con más sinceridad de la que te gustaría en muchas ocasiones,  y te dice claramente si estás o no en el camino correcto: ¿crece día a día, o no? Si no crece día a día, hay algo que estás haciendo mal.

Por otro lado, si sigues haciendo lo mismo, no es sensato que esperes resultados distintos: más de lo mismo, te dará más de lo mismo. No te equivoques, estás haciendo más de lo mismo cuando sigues reforzando eslabones que ya son sólidos, como el dominio técnico. Puede parecerte que haces cosas distintas porque añades una banda al precio y cambias de mercado pero sigues moviéndote dentro de exactamente la misma área el dominio técnico o el dominio ejecutivo , estás reforzando el eslabón equivocado y la cadena de tus resultados se rompe una y otra vez por el eslabón emocional.

Entonces, ¿es sensato pensar que ese camino te va a llevar al éxito? Si te das cuenta de esa trampa, y debes hacerlo, tienes que salir de ella lo antes posible, y hacer de esto tu prioridad. Olvídate de los trucos técnicos, de los armónicos, de los fractales, del vwap, de los perfiles de volumen. Todo esto es más de lo mismo: es apasionante y algún día puede jugar un papel en tu operativa, pero mientras sigas teniendo un eslabón débil a nivel emocional, no te servirá más que para frustrarte: neti neti. Conoce lo falso como falso,  llega a la verdad de lo que debes hacer por la negación, por la identificación de las asunciones que mantienes que son falsas. Debes ver lo equivocado y negarlo, rechazarlo, desestimarlo, no puedes salir de este laberinto si sigues en un callejón sin salida.

¿Qué eslabón está minando tus resultados? Debes saberlo y darle prioridad porque tu energía debes dedicarla a reforzar el aspecto más débil. Si lo que has estado haciendo no te ha funcionado, no te funcionará. Toma perspectiva y ve la trampa, haz algo distinto. Hacer algo distinto dentro del mismo eslabón es pernicioso y erróneo, atractivo sí, y con la promesa de un resultado nuevo tal vez, pero equivocado. La salida no está ahí y si no estaba ahí debes negarla: neti neti, reconoce lo falso como falso.

Además tenemos otro problema añadido, seguimos analizando a nuestro amigo el trader que tiene un buen conocimiento sobre el mercado, sobre la gestión del riesgo y sobre la parte ejecutiva, pero un pobre dominio emocional, cuyos resultados son tan buenos como su eslabón más débil, tan buenos como esa capacidad o incapacidad de gestionar sus emociones, y entendamos que es fácil que crea que está haciendo algo nuevo, haciendo más de lo mismo. Cree que está solucionando el problema, mientras en realidad está moviéndose dentro del mismo plano, dentro del mismo eslabón. Estos cambios que está introduciendo, estas cosas nuevas que en realidad son más de lo mismo: nuevos indicadores, nuevas formas de entender el mercado, nuevas aproximaciones técnicas, etc. ¿En qué fase del modelo de aprendizaje adulto le ponen? Cada vez que añade un nuevo concepto vuelve al inicio: incompetencia inconsciente. Comienza como novato y de ahí, con el tiempo, se mueve a la incompetencia consciente. Luego con más tiempo y más dedicación puede llegar a la competencia consciente, y si persiste, a la competencia inconsciente y cuando está ahí, y ha recorrido el camino y ha invertido horas y energía, observa sus resultados, mira su cuenta y dice: no lo consigo. Debo de hacer algo nuevo, algo diferente y busca otro indicador, otra técnica sin darse cuenta de que eso sigue siendo más de lo mismo, es seguir reforzando el mismo eslabón. Es difícil que diga: ¡vaya! hay algo que hago yo que no me permite conseguir el tipo de resultado que busco, haré el trabajo interior necesario, trabajaré sobre mi capacidad de gestionar mi respuesta emocional, sobre mí sabotaje, sobre mis limitaciones, sobre mí mismo, desarrollaré la mente necesaria para aplicar el conocimiento y las habilidades que he desarrollado en un entorno de incertidumbre. ¡No, eso no suele suceder! lo que para este trader es más evidente, lo que está más a mano, y por tanto lo que suele probar, es hacer algo nuevo dentro de las categorías anteriores: dominio técnico, conocimiento, capacidad de análisis, etc. y con ello vuelve al origen, vuelve a la incompetencia, regresa a su peor nivel de desempeño, vuelve a ser un aficionado, un novato, esa es una excelente manera de estar siempre comenzando, de no llegar nunca a la maestría, ¿ves la trampa?

Quedo a tu disposición para profundizar cualquier aspecto que sea de tu interés.